El daño que sufren de por vida quienes comienzan a trabajar en tiempos de crisis
Para conformar parte de esa evidencia, los académicos Hannes Schwandt y Till M. von Wachter bucearon, en un estudio reciente, por los registros estadísticos de EEUU para seguir la vida deComo si fueran fantasmas dede Dickens, los agarraron de la mano y revisitaron los nervios de sus primeras experiencias laborales, anotaron sus salarios, se colaron en sus momentos felices y pasaron por sus días aciagos hasta llegar con ellos a la vejez e, incluso, al final de sus vidas.
“Depresión, ansiedad… el miedo a no poder ganarse la vida influye, pero no solo: el trabajo es una plataforma de contactos sociales y de autoestima”, reflexiona. Fernando tiene pareja y un niño de dos años. Fernando ha sido conductor de autobús, vigilante de seguridad y albañil, a veces en la economía informal. Fernando y su familia se fueron a vivir hace un año con sus padres a Soria porque perdió su trabajo y sus ahorros no eran suficientes. Fernando, 34 años, ni siquiera se llama Fernando porque no quiere que aparezca su verdadero nombre en este reportaje de BBC Mundo.
“Yo creo que el bicho este ha sido la puntilla para nuestra generación”, dice Fernando refiriéndose al coronavirus.