El muralismo resurge en San Quintín, al norte del país, en Baja California, y lo hace con tal fuerza que ha logrado contribuir para generar un cambio social en las comunidades con un alto registro de adicciones y violencia. Bastó con llegar a esas calles peligrosas, aproximarse a los vecinos e informarles de la iniciativa artística, para que los niños y los jóvenes sintieran curiosidad, preguntaran y se acercaran.
Rogelio Santos-Cory indicó a M2 que la participación social fue tal, que los propios habitantes participaron pintando en esa obra mural como una forma de homenaje a un joven que murió tras haber sido balaceado en ese lugar.“El mural de 92 metros de largo por tres metros de largo está bien cuidado, lo que antes era imposible porque apenas pintaban una pared blanca y al otro día ya tenía graffiti”, asegura Rogelio.
Orale qué padre! Todas las facilidades para los delincuentes, ya quisiera yo con licenciatura y posgrado y dos empleos tener las facilidades de estos chavos
Las artes y el deporte son expresiones por las cuales el ser humano puede desfogar sus emociones, si existieran más programas apoyando habría menos jóvenes en las filas del crimen. Pero ojo, no es la cura para prevenir todos los delitos, ya que el crimen es multifactorial.