La nueva y patética zarandaja presidencial: agradecer al Ejército no consumar un imaginario Golpe de Estado en su contra.
Pero la opción del fraile hoy es quimera, ya nadie puede huir del mundanal ruido. Al hogar, el convento y los alejados montes llegan la zozobra y la barbarie. Al menos en México esa realidad se impone a ricos y pobres, pacíficos y levantiscos, al que bien vive y al malviviente, a valientes y cobardes; todos, para sobrevivir, debemos estar en alerta permanente.
Por eso, gobernados y gobernantes debemos apoyar el grito de “un día sin nosotras”, y lograr soluciones prontas y efectivas que les permitan nacer, vivir y morir en paz. Sin eso, que es lo mínimo que merecen, México seguirá siendo un infierno para todos. La salud pública exige el respeto a la mujer, nonata, niña y adulta, de cualquier color, credo y posición social.
Es que ya no piden igualdad, están pidiendo empoderamiento
“Su dignidad, derechos y libertades están reconocidos y garantizados solamente en las leyes. En la vida diaria se les persigue con la más cobarde felonía”: la columna de Diego Fernández de Cevallos