n Cuba, como en México y otros países donde gobierna la izquierda, no sólo se está bregando con el drama de la economía en tiempos de Covid, sino con el acto difícil de la afirmación no nihilista de la vida. El paradigma actual intenta imponer que todas las figuras de la autoridad simbólica han declinado y se disuelven en el aire.
Tuvo y tiene enemigos que han querido empequeñecerlo o lavar su biografía en la mojiganga nihilista del fin de las ideologías y de la historia. Hablando de estos asuntos la escritora española Belén Gopegui ha recordado que Fidel Castro no fue el fin, sino el Hay mucho que estudiar de esa relación del líder cubano con los procesos revolucionarios en los últimos 70 años, pero el pasado nunca es sólo patrimonio colectivo, sino intransferible experiencia personal.
MorenaDestruyendoMexico
pues su opinion se la puede meter por el fundillo tranquilamente no la necesitamos