Se llama hipocorístico al diminutivo cariñoso que aplicamos a ciertos nombres familiares, pero éste no es el caso.
Cosas que todo el mundo sabe inaceptables, y que si bien ocurren con alguna frecuencia se tiene la certeza de su carácter tóxico y dañino: ahí donde ya no cabe la polémica pues se ha entrado en terreno delictuoso y hay daños a terceros. Puede uno, por supuesto, negar el Holocausto e incluso celebrarlo, igual que los gentíos desatados pueden linchar a quien les venga en gana, pero no hay modo de legitimarlo sin sumarse a la lista de parias de este mundo.
'No puedes insultar, difamar, chantajear, discriminar, magnificar lo falso y negar lo evidente sin que crezca una cuenta que eventualmente vas a liquidar': la columna de Xavier Velasco