Margarita López se emociona al contemplar la imagen de su hija Yahaira, fallecida en 2011, y trata de hacer justicia por las atrocidades a las que le sometieron sus asesinos. Con un perenne coraje, reúne fuerzas para devolver a muchas personas los restos de sus familiares a través del colectivo"México entero es una fosa común.
Pero López no cesó en su empeño e investigó hasta llegar a varios de los implicados, entre los que encontró, dijo, autoridades municipales, estatales y federales, además de criminales del cártelY con alguno de los delincuentes llegó a encontrarse haciéndose pasar por funcionaria, para lograr saber con todo lujo de detalles lo que le habían hecho a su hija y dónde habían dejado su cuerpo.
Pero por fin tenía a su hija con ella, después de seis meses recibiendo cuerpos que le decían que pertenecía a Yahaira. Y, una vez reunidas, transformó todo su dolor en coraje para ayudar a las familias a encontrar a sus hijos, nietos, primos o sobrinos.
Triste, pero así sigue siendo, todos los niveles de autoridad están hasta adentro con el narco, el huachicol, los secuestros. Y no ha cambiado nada.
Este relato me partió el corazón completamente, cómo una madre puede sobrevivir a esta injusta barbarie para su hija, su sufrimiento y terror sus últimos días de vida, ni siquiera puedo concebirlo, ante la indiferencia, indolencia y maldad de las sutoridades, delincuentes y...