Era septiembre de 2016. Andye, nacida en Haití y criada en Estados Unidos, tenía 25 años y estaba terminando un máster en Ámsterdam, Países Bajos. Estaba en esa fase intermedia de una carrera en la que los estudios terminaron, pero la graduación está por llegar.Andye planeó una aventura de un mes explorando Italia, Grecia, Egipto e India.
Pasaron algunas paradas, el vagón se vació, se liberaron los asientos y Steven acabó sentado frente a Andye. No dejaba de mirarla. Ella también parecía mirarlo. Sus ojos se encontraban continuamente."No dejábamos de mirarnos", recuerda."Él se daba la vuelta para mirarme y yo miraba hacia otro lado, y así estuvimos durante unos 15 minutos, mirándonos y apartando la mirada".
Mientras estos pensamientos pasaban por la mente de Andye, les seguía otro, que se hundía."Me dije: '¿Y si es mi marido, pero nunca lo sabré? Porque me voy a bajar de este tren sin hablar nunca con él'". "En algún momento, tuve que bajarme del tren para hacer un transbordo, y me preguntó si podía bajarse conmigo. Y yo le dije: 'Puedes hacer lo que quieras'".
Cuando el tren llegó a la parada de Andye, Steven se bajó con ella y le entregó la mochila. Intercambiaron números, y luego Steven le preguntó si podía darle un abrazo de despedida. Andye aceptó. Mientras tanto, Andye se reunió con su amiga Seyna e inmediatamente compartió los detalles de su encuentro en el metro.
Se decidieron por un local de comida rápida informal, justo al lado de la parada de metro donde se habían separado la primera vez. Steven fue directo con Andye y le explicó que estaba buscando una relación."Pensé que era como, 'Vaya, primera cita, como si estuvieras haciendo demasiado por mí'. Pero aprecié su sinceridad", dice Andye."Seguimos hablando y tuve, de nuevo, esa especie de sensación de calma al estar cerca de él".
Tras su graduación, Andye volvió a París para hacer una breve escala antes de regresar a Estados Unidos. Una vez más, quedó con Steven en la parada de metro junto al departamento de Seyna. "No hicimos planes para reunirnos, más bien mantuvimos la esperanza de que nos veríamos de nuevo, en algún momento", dice Andye.Tres meses después, Andye empezó a trabajar en una organización internacional con sede en Washington. Pronto se enteró de que su trabajo implicaba viajes de negocios, sobre todo a Guinea. Por casualidad, los vuelos solían incluir una escala en París.
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la vida imposible para el empleo (mal pagado) sexenio con sexenio con la carrera que tengo corriendoem y viviendo al dia una super exageración para el dinero am i persona con empresarios con conceptos si no si no si no si no y a otro, pagandome lo que se le pega su regalada-gana
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Uno voto por Morena: Se detiene el cursor de la laptop y se esconde, me destruyen articulos de valor y se divierten poniendome un cuatro con su policia azul marino comprada para tirar gente de mi familia me prometio el ex-gobernador de la ciudad con gente extranjera que poco a
Gran historia. Sólo Dios sabrá el tiempo que dure. Y que lo disfruten a plenitud.
Que linda historia de amor dentro de tanta 💩 mundial