, pero NO estoy interesado en seguir la carrera de Kerry Washington. Sé por qué quieres que compre eso, sé por qué me ofreces esa serie… pero no. Eso nos ocurre a todos.ya hemos perdido la cuenta de las veces que nos han preguntado directamente “¿qué serie tengo que ver?”
Es una pregunta clara, pero la respuesta jamás puede serlo. Es como preguntarle al director de moda de una revista masculina “¿qué jersey me tengo que comprar?” o pedirle al dueño de una librería de confianza EL libro. Ojo, las tres preguntas son maneras estupendas de empezar una conversación. De hecho, en conversaciones como esas, los que estamos detrás de las puntuaciones de SERIELISTAS nos conocimos.
Yo hice esa pregunta y ahora lo que tengo es una sudadera carísima de Raf Simons muerta de risa en el armario. Me la puse una vez y todo el mundo me decía que qué chula pero qué poco me pegaba. Uno de mis actores favoritos se la puso para una editorial de moda en una revista exquisita. Y quién no quiere vestirse de Raf Simons. Todo indicaba que sí, pero era que no.
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