Filomena paralizó durante días Madrid, Toledo o el interior de Castellón.
Durante el 8 y 9 de enero no dejó de nevar en toda la Meseta, algo insólito por su duración y abundancia, y que provocó que en la capital se suspendieran las clases durante días o que no pudieran funcionar con normalidad ni la atención sanitaria ni prácticamente ningún medio de transporte -salvo el metro-. La ola de frío que comenzó el día 10 impidió que se derritiera la nieve y complicó aún más una situación que se alargó una semana, con récords de bajas temperaturas por toda España.
. En los días previos, había sobre la Península una masa de aire polar, encima de la cual la que situó la masa de aire cálido y húmedo de Filomena, de origen subtropical. La combinación de las dos, con una masa cargada de vapor de agua de una zona más caliente del Atlántico, dio lugar a la abundante nevada.
Por ello, "los ciclones tropicales cada vez van a discurrir por latitudes algo más altas, y ya se ve de vez en cuando que una tormenta tropical se acerca a las Canarias y afecta a la península".