, asegura su entrenadora de la Fundación ONCE del Perro Guía, Elisenda Stewart.
Este labrador negro de tres años, que pasó más tiempo del habitual en manos de su familia educadora por culpa de la pandemia, es ahora el compañero con el que da largos paseos por Teruel. Se trata de la primera vez en el mundo que un perro es capaz de adaptarse y dar autonomía a una persona invidente y carente de manos. Por eso ha sido
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