Quien busque la foto de la feria no la encontrará. No está la capilla ardiente de Picasso, ni Franco criogenizado, ni Pedro Sánchez comparado con Stalin, Fidel Castro y Pol Pot, entre otros golpes de efecto.
Por su parte, la brasileña Almeida & Dale recupera a Rubem Valentim, que combinó la herencia del arte concreto con la iconografía de la tradición candomblé, y la madrileña Fernández-Braso expone un óleo del cubano Wifredo Lam, uno de los primeros latinos que se integró en el canon occidental que dictaba el MoMA durante la posguerra.