Cuando ten\u00eda 12 a\u00f1os, Rafael Mendoza comenz\u00f3 a hacer tamales con su vecina, Ernestina de G\u00f3mez, una mujer que se dedicaba a preparar comida para eventos.Aunque comenz\u00f3 limpiando las hojas de los tamales, con el pasar de los d\u00edas su vecina le ense\u00f1\u00f3 a cocinar y ese fue su primer acercamiento con su pasi\u00f3n.
Hab\u00eda d\u00edas que solo nos entraba un cliente, pero ah\u00ed siempre ten\u00edamos la ventica\u201d, dice entre risas A los seis meses de abrir ese Zirus de la calle 56- donde a\u00fan est\u00e1 el punto principal que ya tiene cuatro pisos-, tuvo una discusi\u00f3n con su socio inicial.
Así se supera uno en la vida no pidiendo que le regalen todo