De acuerdo con la última Gran Encuesta Integrada de Hogares realizada por el DANE, Bogotá tiene el índice más bajo de informalidad laboral, con el 36,2%.
Este es el caso de Bernardo Díaz, de 61 años, quien trabaja como vendedor ambulante hace 18, luego de que fue desplazado por la violencia y tuvo que dejar el campo. Don Bernardo se refiere a algunos vendedores ambulantes que no permiten que haya otros que, como ellos, lleguen al espacio público y quieran vender sus productos.
Al contrario de don Bernardo, la señora Marta considera que el hecho de que lleguen varios vendedores ambulantes sin que tengan ningún tipo de regulación a la Plaza de Bolívar, en donde trabaja, hace que se afecten sus ventas. Debido a la problemática, la Administración distrital ha hecho labores en algunos puntos álgidos, en donde se encuentra un gran número de informales, como por ejemplo en la Carrera Séptima.