Desde que era niño y jugaba descalzo en las polvorientas calles de su Palmira natal, a Pacho Herrera siempre le gustó el futbol. El 25 de septiembre de 1990 casi lo matan por estar viendo un partido en la hacienda Los Cocos en el corregimiento El Cabuyal, en la vía entre Candelaria y Puerto Tejada.
-Publicidad.- El mecánico Helmer Herrera había llegado en 1975, con 23 años, a trabajar en la Nemac Corporation, una empresa de piezas de aviones en Nueva York. Duró cuatro años allá ganándose ocho dólares la hora hasta que en 1979 descubrió un negocio mejor: traer dólares de Estados Unidos a Colombia.
Publicidad. El jefe del cartel de Medellín lo detestaba. Cada vez que podía enviaba cargamentos de droga con el nombre y la dirección de Elmer Herrera buscando que lo agarraran. Nunca lo hicieron. Elmer, alias “Pacho”, era como Fantomás: tenía mil rostros y nadie conocía ninguno.