Debido a las disputas entre grupos ilegales al margen de la ley, más de 70 grupos familiares continúan confinados en una iglesia en zona rural del municipio de Tibú, Norte de Santander.
Según el personero del municipio en el Catatumbo, Johan Ascanio, algunas personas han intentado retornar a sus hogares, con el temor de tener que volver a salir desplazados por causa de los frecuentes combates. Además, el funcionario explicó que se ha logrado realizar una caracterización en la zona con el fin de entregar ayudas humanitarias, en conjunto con organizaciones internacionales y Defensores de Derechos Humanos.
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