Desde el día en que salió del pueblo, a los 8 años, sola, sin sus papás o sus hermanos, hasta las luchas barriales en Cartagena. La vida de Josefa Morelos es contada en un libro.
“El 24 de junio de 1957 hubo una estampida campesina, a todos los indígenas de la zona los bajaron al plano que es hoy en día San Onofre. Ahí me perdí de mis padres. Hubo como una revuelta, me bajé del burro donde venía y me monté en la chiva. Cuando desperté, estaba en Chambacú, en todo el Teatro Variedades.
Es uno de los tantos momentos duros de una vida marcada tristemente por la violencia, esa misma violencia, recuerda, le ha arrebatado a su mamá, pero también a un hermano, asesinado por grupos paramilitares. Otro hermano se encuentra desaparecido hace muchos años y uno de los hijos de Josefa fue víctima de un homicidio en Cartagena. “La violencia me dejó casi sin familia”, afirma hoy.