A diferencia de otros países latinoamericanos, Colombia no ha tenido una tradición de medios de comunicación alternativos o independientes, hecho que se ve reflejado en el lamentable nivel político de la gran mayoría de sus ciudadanos.
Durante el largo reinado de los medios impresos, antes de que la radio cobrara la tremenda importancia que ha tenido, no hubo en nuestro país ningún impreso que hiciera mella sobre el monopolio de los periódicos tradicionales. Todos ellos estuvieron al servicio los negocios de sus dueños -las élites nacionales y regionales-, arropados en las banderas de los partidos tradicionales.
La mayoría de ellas terminaron en manos de caciques políticos locales y regionales o terminaron transmitiendo desde las sacristías de la iglesia católica. En los setenta -mientras la programación de los canales de televisión era repartida por el presidente de turno- ocurrió el único milagro transgresor que ha tenido nuestra prensa: la revista Alternativa. Circuló durante seis años, entre febrero de 1974 y marzo de 1980 y sacó 257 números.
Las experiencias alternativas en nuestra televisión se cuentan con los dedos de una mano: Zoociedad y Quac de Jaime Garzón, Antonio Morales, Diego León Hoyos; La Tele, El Siguiente Programa, La Tele Letal de Moure y De Francisco; La Franja de Señal Colombia; Los Puros Criollos de Señal Colombia. El noticiero AM/PM de franca oposición. También algunos programas de los canales regionales como Rastros y Rostros de Telepacífico.
El semanario de Ramón Jimeno se llamó Zona. Durante 10 años (79-89) bajo la dirección de Héctor Torres hcimos 'Solidaridad' (3 mil ejem. cada mes), y en la década siguiente 'Utopías' y con Irma García, 'Colombia Hoy' (79-90). Utopías marginales que ni se menciinan pero huellas.