La muerte de Antonio Caro marca el fin de una era en la que el arte colombiano lleg\u00f3 a su mayor\u00eda de edad. Con su obra, la producci\u00f3n art\u00edstica del pa\u00eds entr\u00f3 de lleno en el siglo XX y empez\u00f3 paulatinamente a recibir el reconocimiento internacional que le hab\u00eda sido tan elusivo.
Caro no se content\u00f3 con proponer como veh\u00edculo v\u00e1lido de creatividad una sincera inhabilidad t\u00e9cnica en t\u00e9rminos del arte establecido, sino que, adem\u00e1s, por tratarse de la presentaci\u00f3n de una obra en equipo, argumentaba contra la generalizada consideraci\u00f3n de la pl\u00e1stica como un producto \u201cgenial\u201d.