El TAD ha dictaminado que Pedro Rocha no puede convocar elecciones a la asamblea de la Federación, sino sólo para nombrar sucesor de Luis Rubiales, como presidente de la gestora que es. Responde así a la denuncia de un personaje singular y justiciero que habita la periferia de nuestro fútbol, Miguel Galán, al que apodan querelléitor porque sale al cruce en todo tipo de cuestiones, como un ecologista exagerado. Esta era una cuestión mayor.
De estos últimos, que dependen directamente de su presidente regional, hay 29 clubes, 19 jugadores, 10 entrenadores y 7 árbitros. O sea, 65. Que con los 19 califas suman 84. Mayoría holgada. Ese es el truco que permite a la Federación ser desde hace años un ente cerrado, donde unos pocos se cocinan todo. Mirados de lejos, son un colectivo borroso.