A esta petición se sumaron decenas de los más de 240 colectivos de familiares de un país que acumula más de 110.000 desaparecidos. Un año después, Ceci Flores se inspiró en Quiroa y público un vídeo pidiendo lo mismo para recuperar los cuerpos de sus dos hijos en Sonora y Sinaloa.
Pero la decisión de exponerse que tomó Flores, tuvo consecuencias: tiene permitido buscar, recibe información de los carteles para hacerlo, pero vive amenazada por esos mismos narcotraficantes, que también le han puesto precio a su cabeza. Nos trae esta historia Almudena Barragán, periodista de EL PAÍS México especializada en género.