. “La de mi asesino múltiple”, podría haber especificado Jean-Claude, que de él se trata.
Por supuesto que también es clave que esté enteramente narrada desde el punto de vista de José. Pero eso es inevitable para que todo el andamiaje deno se caiga estrepitosamente.
Al compás de su protagonista, cuyo único y largo grito desesperado es la desesperante fantasía que produce para sí mismo,es reprimida y angustiada, ahogada y salvaje, contenida y desatada, ridícula y distorsionada. En términos narrativos es de una valentía, un desborde, un gusto por el caos controlado que el timorato cine contemporáneo parece haber abandonado para siempre. Todo está en estado de gracia aquí. Sobre todo unos personajes, unos actores, que dan de sí lo máximo y un poco más.