El tiro libre perfecto es el tiro libre que termina en gol se afirma desde la lógica. Pero la cultura futbolera coincide en pensar que el tiro libre 'perfecto' ese que despierta elogios y se sueña desde el potrero es el que se mete por el ángulo ya sea el más cercano o el del segundo palo. En esos rinconcitos tan anhelados que forman los postes con el travesaño. Es lo que diferencia a un gol de un golazo. Un golazo de tiro libre.
Y al pie zurdo lo suelta como si le marcara a la pelota el camino por seguir. 'Andá p' allá' le dice pero con ternura. Sobre el final la posición con la que termina es también inusual: la rodilla derecha chocando con el gemelo izquierdo.