El talentoso e irascible tenista francés Corentin Moutet y un punto que no pasó inadvertido en el ATP napolitano, un demonio de exquisita mano izquierda en un envase de 1,75 metro, nunca pasa inadvertido. Es tan hábil como irascible. En un mismo partido puede. Es más, el actual 65° del ranking mundial estuvo cerca de ser agredido por un rival el mes pasado. Fue en el
quien no toleró las actitudes de Moutet. Ahora, el jugador galo volvió a llamar la atención, pero por unaLa acción se produjo en la primera ronda del ATP 250 de Nápoles, en la cancha central, un rato después de la victoria de Sebastián Báez frente al local Lorenzo Sonego, que interrumpió una racha de once derrotas consecutivas del argentino.
Tras perder el primer set ante el joven local Luca Nardi , Moutet y su rival volvieron a disputar un parcial muy parejo en el segundo y llegaron a la definición en el tie-break.
Moutet abrió, con su saque, el tie-break: tras un breve intercambio de impactos, Nardi quedó desacomodado en el fondo de la cancha contra su revés, la pelota le quedó servida a Moutet en su campo cerca de la red, amagó con devolverla de smash, pero rápidamente hizo la mímica de ese tiro, dejó la raqueta abajo y terminó pasándola con un toquecito sutil, inalcanzable para el italiano, que prácticamente ya había dado por perdido el punto.