una escuela de rock y una de rap.desde donde desarrolla talleres grupales de guitarra eléctrica, batería, canto, bajo, piano y ukelele. “Además de aprender instrumentos, aprenden a escucharse y a respetarse, que es la cultura de nuestra empresa”, dice. Y añade: “Siempre nos consideramos como unlos artistas que en el futuro nos representenEscribiendo con Ritmo,
en el que se busca desarrollar la imaginación. Al respecto, cuenta: “No nos focalizamos tanto en las palabras y en hacer rimar, sino en que el niño tenga una estructura imaginativa a la hora de componer, por eso traemos palabras que sirven de mapa. La idea es poder generar algo para decir y comunicar. Para mí, lo importante no solo es formar raperos y raperas, sino formarlos en la escritura y en la lectura. La misión es darlea muchos niños que no tienen voz”.
: Olivia Paz Gutman, de 6 años, se anima al desafío y lo hace con una soltura que enternece y cautiva a todos. “No sabía que decir”, confiesa aEl Lollapalooza es para los más chicos su primer gran acercamiento con la música Sus papás la miran con orgullo mientras ella improvisa alguna líneas y se mueve al ritmo de la música. “En casa vive bailando y cantando. Verla es hermoso porque es lo que a ella le gusta desde la panza”, resalta su mamá, que cuenta que los genes de la pequeña vienen de su padre, Franco Andreotti, que es DJ. Él, por su parte, destaca: “En casa hay música siempre. Tratamos de que esté cerca del arte, y la llevamos a fútbol y a que aprenda idiomas.
Mateo todavía no intervino la guitarra, pero ya está pensando en el próximo paso. “Quiero hacer todo. Vi una rampa de skate. Va a ser mi primera vez, antes tenía uno, pero nunca lo pude usar”, cuenta a este medio.donde la invitación es a subirse a esa rampa o dar sus primeros pasos sobre unauna cinta que se coloca tirante para poner a prueba el equilibrio.