“Pero eran cosas sutiles, no necesitaba ir a urgencias de un hospital. Fui a ver a los médicos, pero me dijeron que no tenía nada. Hasta entonces, no me imaginaba que el problema era la prótesis”, recuerda.
“Entonces mi médico armó todos los exámenes, sumó los signos y síntomas y la aseguradora autorizó el explante. Tuve que recorrer todo un camino en estos cuatro años de prótesis”, dice. El experto, sin embargo, dice que esto no significa que los casos no deban ser tomados en cuenta. Al contrario: “Esto realmente hay que valorarlo y tratarlo con respeto. El médico no puede dudar de lo que dicen. Estas mujeres necesitan ser acogidas, pero también necesitan saber que la verdad es quecon lo que llaman enfermedad de la silicona”, destaca Coltro.
“Y a muchos cirujanos les cuesta lidiar con esa situación, porque les tomó por sorpresa un término que empezaba a ponerse de moda en nuestro medio”, relata Coltro.nunca tuvo ganas de ponerse implantesPero sus amigos la convencieron de que los “necesitaba” y, después de dos años de espera, lo consiguió. Era septiembre de 2021.
Hoy se arrepiente de no haber escuchado la opinión inicial del médico y está satisfecha con su pecho natural.A diferencia de la “enfermedad de la silicona”, el síndrome de ASIA es una enfermedad probada con criterios diagnósticos objetivos. Es tratado por cirujanos plásticos y reumatólogos.