Es la casa perfecta en el vecindario correcto, por lo que la competencia es dura, pero cree que es absolutamente necesario que la obtenga.Usted hace su oferta, ofreciendo más que el precio de lista porque así de loco puede ser el mercado inmobiliario de California en muchos vecindarios, y luego se sienta para escribir una carta de amor.
Oregón, de hecho, prohibió recientemente este tipo de cartas por ser consideradas como una herramienta potencial de discriminación. La legislación allí ordena al agente de un vendedor de vivienda que “rechace la comunicación” de un comprador que pueda llevar a un propietario a basar una decisión en la “raza, color, religión, sexo, orientación sexual, origen nacional, estado civil o estado familiar” del postor.
Comencé a buscar cartas de amor después de leer una nota de mis colegas Andrew Khouri y Jack Flemming sobre una explosión en la cantidad de vecindarios de Los Ángeles donde las casas típicas ahora están valoradas en $1 millón o más. La nota citaba a una pareja, Dee Foster y Alec Zopf, quienes escribieron una carta de amor y ganaron la competencia por una casa en Highland Park que atrajo 27 ofertas y 15 contraofertas.
Esta frenética compra de casas es un subproducto de la crisis de vivienda de California y la asombrosa desigualdad de ingresos, en la que millones son excluidos del mercado por completo mientras las personas con grandes salarios luchan por la escasez de propiedades disponibles. Algunos agentes me comentaron que la práctica ya se está reduciendo. Richard Stanley, un agente durante 34 años, señaló que nunca aconseja a los clientes que escriban una carta y, si insisten, les indica que la mantengan breve y concisa. Pero ha visto algunos casos exagerados.
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