Te amaré siempre, mi Súper Porky
¿Dónde están los psycholokos? De nueva cuenta la Potencia Mundial de la lucha libre presente en las páginas de RÉCORD. En esta ocasión devastado y muy triste por la repentina partida de mi padre Brazo de Plata, Súper Porky.
Días muy difíciles porque uno nunca está preparado para perder a un ser querido, y por más esfuerzos que hacemos por entenderlo la verdad es que resulta inútil.
Miles de recuerdos se agolparon en mi mente desde el momento en el que me enteré de su fallecimiento, porque le debo todo lo que soy. Él me enseñó a trabajar desde que era un niño, a saber que como hombre tenía la responsabilidad de buscar opciones para sacar adelante a mi familia honradamente.
Mi padre fue mi amigo, mi compadre, mi compañero y el responsable del amor tan grande que le tengo a mi bendita lucha libre.
Despedirme de él ha sido sumamente difícil, doloroso, pero lo que me reconforta un poco es que murió con una sonrisa en su rostro.
No sé qué estaría pensando en sus últimos momentos, tal vez hizo un recorrido por toda su existencia y supo lo afortunado que fue al dedicarse a lo que más amaba, al sentir el amor de su familia, de sus compañeros y de sus aficionados.
A todos ellos les envío, en nombre de mi familia, un enorme agradecimiento por todas las muestras de afecto que tuvieron con nosotros, logrando confortarnos y conmovernos en todo momento. La vida sigue y yo trataré de vivirla intensamente como me inculcó mi padre, y recordándolo en todo momento con amor y agradecimiento.
