Rosamund Pike lo ha vuelto a hacer con I Care a Lot. No solo se convirtió — por enésima ocasión — en la villana favorita de todos, sino que además consiguió reconocimiento por hacerlo. El domingo, y contra todo pronóstico, la actriz levantaba la estatuilla a mejor actriz dramática en Los Globos de Oro. El premio demostró que Pike sigue siendo experta en personajes complejos que redefinen al mal en la pantalla. Eso a pesar de que la nueva película sensación de Netflix no es tan efectiva como Gone Girl de David Fincher. Aun así, el film de J. Blakeson muestra algunos puntos a su favor que permitieron a Pike deslumbrar en pantalla y allanar un posible Oscar. ¿Se consagrará Marla Grayson como la nueva Amy Dunne?

No es tan sencillo. El personaje de la película de Fincher, se convirtió en el ícono de una nueva generación de mujeres malvadas en el cine. Con su dualidad, poder intelectual y frialdad amoral, Amy es muy distintas a las villanas tradicionales. Con su metódica capacidad para asegurarse una venganza contra su infiel marido, el personaje de Pike deslumbró por romper todos los paradigmas. Ya fuera porque el material original de Gilliam Flynn era efectivo como la película, lo cierto es que Amy demostró un tipo de poder desconcertante. Con su sonrisa helada y don para la manipulación, redimensionó el mal moral en la pantalla grande y además, creó un nuevo tipo de personaje. Desde entonces, el cine se ha visto poblado por mujeres imperfectas y peligrosas, capaz de los asesinatos más brutales. 

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La Marla de I Care a Lot guarda paralelismos evidentes con Amy. La estafadora del nuevo éxito de Netflix va de un lado a otro del extremo de lo maligno, con una extra capacidad para sorprender. No solo es una estafadora, sino también una mujer capaz de cualquier cosa, según un extraño código moral personal. Todo mientras intenta hacerse rica — y lo logra — en medio de elaboradas manipulaciones y un plan basado en un tipo de maldad muy contemporánea. Si para Amy la soberbia lo era todo, para Marla lo es la codicia. Y Pike consigue un retrato creíble de un personaje movido por la completa ausencia de escrúpulos. 

Ambos personajes son psicológicamente fascinantes, pero la reinvención de Pike del Mal en esta ocasión, carece de la efectividad de Amy. Y por más de una razón. 

La Marla de 'I Care a Lot' no es tan retorcida como Amy

A pesar de que I Care a Lot supone que lo sea. Pero en esta ocasión, Pike no logra del todo expresar la idea de la amoralidad absoluta. Hay por supuesto momentos en los que resulta angustiosa la forma en cómo despersonaliza a sus víctimas, pero en realidad es más un negocio que una venganza. Lo que hacía fascinante a Amy era su decisión de crear una trampa gigantesca para destruir por completo la vida de su esposo. Pero en esta ocasión, Pike solo utiliza a quienes le rodean como piezas es un tablero.

¿Es tan intrigante como el comportamiento de Amy? Aunque ambas se comportan de manera espeluznante, Amy era un monstruo astuto. Marla solo es una estafadora de cuidado. 

Amy es una psicópata, Marla es mezquina

Si algo sorprendió del personaje de Pike en la película de Fincher, fue la manera espeluznante en que fraguó una venganza retorcida. Punto a punto y durante meses, Amy construyó una escena del crimen de la que Nick Dunne jamás podría escapar. Además, lo hizo antes en una larga cadena de venganzas y terrores que su marido pudo rastrear en su ausencia. Para la última escena de la película, es evidente que Nick deberá lidiar con un asesino peligroso por el resto de su vida. 

Marla por otro lado, es mezquina. Solo ambiciona el dinero de sus víctimas. De hecho, ese punto en el comportamiento del personaje es el que lo hace detestable. Es capaz de abusar y manipular de ancianos con la misma facilidad que seducirlos. Tiene un plan maestro de la misma manera que Amy, pero en realidad Marla quiere dinero. De la manera que sea y como sea.

¿Te parece tan malo como el comportamiento de Amy? Piensa en lo siguiente: la Amy de Fincher, fue capaz incluso de desangrarse en la cocina para fingir su propio asesinato. Marla, solo necesita ser deslumbrante para sus víctimas. De la codicia al comportamiento aberrante, hay unas cuantas casillas. Y Amy se encuentra a unas cuantas de distancia, de la estafadora de I Care a Lot.

En 'I Care a Lot', Amy es impredecible, Marla… no tanto

Tanto el libro como la película Gone Girl, comienzan con una desaparición. Y el giro central de ambas versiones es tan vertiginoso que lleva unos minutos asimilarlo. Amy pasa de víctima a una despiadada asesina en cuestión de minutos. Pike supo no solo crear un vínculo creíble entre ambas percepciones de su personaje. Para el final de la historia, es evidente que Amy es temible precisamente por su cualidad impredecible.

Pero Marla, quiere el dinero de sus víctimas y para la mitad de la película, la trama apunta en una dirección. De hecho, ya en el primer tramo es predecible qué ocurrirá y hacia dónde se dirigirá. Eso hace que Pike deba arreglárselas para ser creíble incluso cuando el plan maestro de su personaje ya es evidente. ¿Lo logra? Nunca con tanta efectividad como en Gone Girl.

Marla es un personaje sin contexto, Amy tiene un largo historial a cuestas

Si algo permitió a Gone Girl convertirse en un éxito controvertido fue hacer que la audiencia se preguntara quien era Amy en realidad. De la mujer sonriente, frágil y después desaparecida de las primeras escenas pasó a un asesino desalmado en el segundo tramo del guion. Pero como si no eso no fuera suficiente, Nick terminó por descubrir que jamás había conocido a su esposa. Que la mujer que dormía a su lado cada noche, era en realidad una desconocida con un largo historial de crímenes sutiles a cuestas. Peligrosa a niveles inquietantes, Amy fue un personaje misterioso imposible de comprender. 

Marla es mucho más sencilla. Tanto como para que sea clasificable de inmediato. Es una estafadora, que además, lleva una línea criminal muy específica. Jamás sorprende ni desconcierta. Y por supuesto, jamás se acerca al sadismo puro de Amy. ¿Sería capaz de hacerlo? La sonrisa de Pike en varias escenas sugiere un fondo oscuro y aterrador que quizás el guion debió explorar un poco más. 

Amy tiene motivaciones personales y retorcidas. Marla, solo es codiciosa

Desde el primer momento, Marla se muestra como la criminal peligrosa que usa a los demás como un medio para sus fines. Sin embargo, su objetivo final se refiere únicamente al beneficio económico que obtiene de las personas vulnerables.

Pero Amy es mucho más complicada. Tanto como para resultar aterradora. Su maquinaciones no solo incluyen una venganza violenta contra su marido infiel, sino engañar a toda su familia. Eso, sin contar, el de planear incluso su propia muerte, arrepentirse en algún punto y decidir que un asesinato era mucho más viable. El comportamiento sociópata de Amy es además modulado, singular y pulcro. La misma Pike dijo en el estreno del 2014 que Amy era “una sociópata genuinamente desconsolada que también comete un asesinato”. Recientemente la actriz describió a Marla como odiosa y repulsiva. Una mujer sin escrúpulos. Una apariencia en apariencia sutil que define a ambos personajes como dos extremos de la misma cosa

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