La mañana del 4 de agosto de 1892 el matrimonio Borden fue brutalmente asesinado en su domicilio localizado en la ciudad de Fall River, Massachusetts. El crimen pasó a la historia por ser uno de los más crueles e inciertos, pues siempre se le ha atribuido la autoría a la hija menor de las dos hermanas, Lizzie Borden, que nunca llegó a ser condenada.
Craig William Macneill dirige esta historia, a caballo entre el drama y el thriller, para reconstruir los hechos de aquel día y buscar una explicación a lo sucedido. Para ello, el cineasta ha contado con la participación de Chloë Sevigny en el papel de la asesina del hacha y con Kristen Stewart interpretando a Bridgett, la criada que se incorpora a la familia Borden.
En 'Lizzie' los personajes femeninos desempeñan los roles de sirvientas y de sumisas, de madrastras sin potestad y de hijas que encarnan al ángel del hogar. El hombre, el patriarca de esta familia, puede manipularlas, castigarlas e incluso violarlas, un abuso constante que ejerce sobre la sirvienta que ha llegado a la casa.
Nada de esto resulta extraño en el siglo XIX. Sin embargo, Macneill va un paso más allá y se adentra en la relación lésbica que se establece entre Lizzie y Bridget, a través de unas escenas profundamente contenidas donde las dos jóvenes encuentran un pequeño espacio de liberación alejadas de esa burbuja misógina y ancestral. La historia entre las protagonistas será otro de los motores que motiven a Lizzie a tomar su decisión final.
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