Familia & co

Hasta el moño de los Youtubers

Madre desesperada

NOTICIA
El Rubius, uno de los youtubers favoritos de niños y adolescentes.

La realidad es que muchos de nuestros hijos están enganchados a los llamados 'youtubers infantiles'

Ha llegado el momento de dejar de ver y ponerse a mirar y observar lo que realmente están viendo nuestros hijos

"Mamá, tú no molas tanto como estas mamás", me dijo un día mi hija mientras veía en Youtube el vídeo de no sé qué niña con su mamá abriendo juguetes, y más juguetes y más jueguetes. ¡Qué yo no molo! Pero cómo voy a molar como molan esos padres que salen en YouTube acompañando a sus vástagos mientras juegan con ellos con los juguetes último modelo, se disfrazan para hacer vídeos y les ríen todas las gracias habidas y por haber. Es imposible competir contra eso.

La realidad es que muchos de nuestros hijos están enganchados a los que yo llamo 'youtubers infantiles'. Son como los youtubers adultos, pero dirigidos específicamente a los niños, con todo lo que le gusta a los niños, con todo con lo que sueñan los niños y haciendo todo lo que a los niños les encantaría hacer y que no pueden porque a nosotros no nos mandan los millones de juguetes que les mandan a ellos para que los prueben y les hagan promoción, porque no tenemos la cuenta bancaria como para estar comprando toda la serie 3 de los Superzings, porque no tenemos tiempo para estar montando vídeos y, sobre todo, porque a nosotros ni se nos ha ocurrido ni queremos entrar en el negocio. Porque sí, esto es un negocio, uno de los que mayor éxito ha cosechado y cosecha de los últimos años.

Obviamente, los padres no entendemos el interés que llegan a generar en nuestros hijos por este tipo de vídeos. Yo, desde luego, no le veo la gracia a eso de ver a una niña o a un niño probando juguetes o luchando contra padres, tíos y otros familiares disfrazados de monos, zombies, brujas o lo que se precie. Nosotros no, pero nuestros hijos sí, y ahí está el negocio.

Entono el mea culpa y reconozco que hasta que mi hija no me dijo lo de "tú no molas tantos como estas mamás" había hecho poco caso a lo que realmente estaban viendo. Lo miraba con ellos y simplemente veía a niños jugando y a mis hijos diciéndome que querían el juguete de ese vídeo para su cumpleaños. ¡Error! Me equivoqué y mucho porque además fui conscientes el 'enganche' que tenían. Y dije: "hasta aquí".

Llegó el momento de coger la tablet y dejar de ver para mirar y observar qué era realmente eso que tanto les gustaba a mis hijos y que tantas risas les arrancaba. Es cierto que los vídeos son de lo más inocente. Simplemente niños jugando o niños divirtiéndose, pero empecé a pensar en cómo lo vería un niño que lo único que busca con su edad es un beneficio inmediato y que no sabe distinguir lo que es real y lo que no lo es tanto. Entonces me di cuenta de que estaba hasta el moño de los youtubers.

Y no porque de repente hubiera hecho un gran descubierto, sino porque fue el momento en el que me di cuenta que los youtubers infantiles forman ya parte de vida. Tengo tan metido en mi cabeza los sonidos de sus vídeos, las voces de esos niños, el 'dame un like y suscríbete a mi canal', etc. que yo también había sido absorbida por el mundo youtuber igual que lo habían sido mis hijos. Hasta el momento hasta me daba igual que mis hijos estuvieran viéndolo y yo no pudiera ni escuchar la televisión. Más vale tarde que nunca.

Le pregunté a mis hijos -cada uno tienes sus youtubers favoritos- que qué era lo que les gustaba de esos vídeos, que por qué se reían tanto, que qué les parecía tan divertido. La respuesta fue la respuesta de unos niños: "mamá, porque se lo pasan bien"; "mamá, porque mira que juguetes tienen"; "mamá, porque siempre se lo están pasando bien".

Efectivamente, eso es lo que ven, no hay más, ni trampa ni cartón en la traducción que ellos hacen de esos vídeos. Son niños todo el día jugando y todo el día pasándoselo bien, y yo estoy aquí estudiando y jugando no cuando quiero si no cuando me dejan y nunca tendré los juguetes que ellos tienen, y encima convierten en divertido lo que a mí me parece un aburrimiento. Y mientras tanto...

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  • Silvia Sánchez: 902.249 suscriptores
  • MikelTube: 4.241.335 suscriptores
  • Las Ratitas: 15.930.265 suscriptores

Y esto son sólo algunos. Es un negocio en toda regla y lo es porque los niños son consumidores de vídeos de Youtube des hace años y creciendo. Sólo hay que ver la encuesta de Adecco sobre ¿Qué quieres ser de mayor? en la que por vez primera ser youtuber aparecía entre las 10 profesiones más deseadas por nuestros hijos. Igual que nosotros adorábamos a Parchís y soñábamos con ser ellos, nuestros hijos sueñan con ser youtubers de éxito.

Porque ser youtuber infantil es todo un trabajo, una profesión, una responsabilidad que aglutina a casi toda la familia -padres, hermanos, tíos, abuelos...-. No es sólo grabar a los niños o abrir los juguetes y jugar con ellos es mostrar casi toda su vida o casi toda la vida que sus progenitores quieren mostrar.

Los hay que muestran todo, desde que se levantan hasta que se acuestan; los hay que son más a lo Spielberg y se montan sus propias películas; los hay que sólo y sólo juegan; los hay que muestran cumpleaños, barbacoas, fiestas... Hay tanto donde elegir, que es prácticamente imposible que algún niño no encuentre lo que le gusta entre tantas posibilidades.

La verdad es que no han inventado nada nuevo, sino que han transformado y adaptado lo que siempre ha triunfado. Las nuevas tecnologías, las redes sociales son el nuevo medio, pero lo que venden es entretenimiento, lo que venden son los sueños de los niños, lo que venden es recibir un estímulo a corto plazo. Nuestros hijos los ven y se satisfacen. No puedo haber negocio con mayor éxito asegurado.

Y mientras tanto nosotros, los padres, los convertimos en una herramienta que nos facilite la vida. No hay nada más fácil como dar un móvil a un niño y ponerle YouTube para poder respirar un poco. Es la pescadilla que se muerde la cola: a los niños les gusta, a los niños se lo dan y los niños (y sus padres) lo crean.

De momento, a mis hijos no les he escuchado que quieran ser youtuber e incluso que ya tengan su nombre artístico pensando. Siguen queriendo ser médico y policía, pero no creo que me quede mucho tiempo. De momento, ha llegado el momento de controlar, limitar y, aunque no mole tanto como las mamás youtubers, ser la mejor mamá para ellos.