Ahora le toca a Neymar

Neymar llevaba tiempo esperando un gesto por parte del Barcelona. El brasileño ha estado expectante, presionando, pero sin llevar las cosas al límite. Sabía que el Barça estaba interesado, pero no quería forzar la situación por si luego le dejaban tirado. Esperaba un gesto por parte del club catalán. Una señal pública de que la cosa iba en serio. Eso fue lo que sucedió ayer.

Una comitiva del FC Barcelona compuesta por Javier Bordas y Eric Abidal se presentó en París para hablar en persona con Leonardo. Le transmitieron de primera mano el interés por contratar a Neymar y pusieron sobre la mesa las propuestas que tienen para intentar convencer al Paris Saint-Germain. En ese encuentro no se llegó a un acuerdo, pero se dieron pequeños pasos. Un punto de partida a partir del cual alcanzar un trato.

El Barça transmitió su idea de cerrar un acuerdo a través de un puro trueque de jugadores y los franceses dejaron clara su postura: quieren 250 millones de euros. Sin embargo, aunque esas posiciones parezcan estar muy lejanas, hay un punto intermedio en el que Barcelona y PSG pueden encontrarse: que el Barça se acerque a esa cifra incluyendo a jugadores en la operación y, si hiciera falta, pusiera dinero sobre la mesa.

Por si acaso, para amedrentar y meterle prisa a los catalanes, el PSG utilizó la baza del Real Madrid. Leonardo habló de que los merengues están muy interesados en Ney y los jugadores blancos que ellos aspiran a conseguir en un posible trueque por el paulista. Habló de Modric y Vinícius. Esos son los dos madridistas que más gustan en París, aunque la realidad es que no se ha establecido una negociación entre PSG y Real Madrid. Esos nombres, a día de hoy, son castillos en el aire.

No obstante, lo más importante de la reunión de ayer no fue su resultado, sino el gesto y la imagen que se transmitió. El encuentro podría haber sido secreto, pero en el Barça se encargaron de que se conociera. Trascendieron imágenes de la comitiva culé por París y había conocimiento del encuentro incluso antes de que los representantes del club salieran de Barcelona. Todo eso perseguía un objetivo, mandar un mensaje público a Neymar. En definitiva, protagonizar el gesto que tanto tiempo lleva esperando el paulista.

La pelota, en su tejado

Ahora desde el Barça esperan que el atacante brasileño eche el resto y presione a los dirigentes del Paris Saint-Germain, aunque lo cierto es que la propia afición del PSG le ha hecho parte del trabajo. En el club del Parque de los Príncipes saben que la situación es insostenible.

A pesar de las declaraciones públicas de sus dirigentes a principio de verano, en la que aseguraban que tenía las puertas abiertas para salir si no estaba a gusto, siempre tuvieron la esperanza de ser capaces de retenerlo. Sin embargo, eso cambió cuando se vio la reacción de los aficionados del PSG en el primer partido de la Ligue 1. Ahora mismo resulta impensable que Neymar pueda volver a vestir la camiseta del equipo parisino. El divorcio con su afición es total. No lo quieren ahí y tanto Leonardo como Nasser Al-Khelaïfi son conscientes de que si no sale, puede ser contraproducente.

Así, los próximos días pueden ser cruciales para la resolución del culebrón Neymar. Eso sí, no será la reunión de la ECA, en Liverpool, el sitio en el que se alcance un desenlace. A pesar que de Josep Maria Bartomeu tenía previsto acudir a esa cita y se hablaba de un posible encuentro con Al-Khelaïfi, finalmente el presidente culé no viajará.