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Un nuevo mal dato llega desde Alemania. Este miércoles la consultora GfK ha dado a conocer la cifra adelantada de la confianza del consumidor en el país germano para el mes de octubre, y ha sido peor de lo esperado por el consenso. En concreto, ha caído hasta el -42,5, desde el dato revisado de septiembre que se ha quedado en -36,8. Se trata del cuarto mínimo histórico consecutivo que marca la confianza del consumidor alemana.

Las previsiones del mercado apuntaban a que la confianza del consumidor se quedaría en octubre en -39, aunque los datos reportados por GfK han sido mucho peores. Y el problema es que podrían mantenerse en este nivel, e incluso empeorar, en los próximos meses.

Sobre todo, apuntan los expertos de Pantheon Macroeconomics, porque "la presión sobre los ingresos reales de los consumidores se intensificará con la entrada en vigor este mes del impuesto sobre la energía, que aumentará la factura energética, por lo que no se espera un repunte en breve".

La última lectura proporcionada por GfK ha puesto de manifiesto la creciente preocupación por el aumento de la inflación y los elevados precios de la energía, así como el persistente temor a la recesión. Los datos de septiembre revisados muestran, además, que las expectativas de ingresos se han desplomado hasta un nuevo mínimo histórico: 22,4 puntos menos, hasta -67,7.

Asimismo, las expectativas económicas han caído 4,3 puntos hasta -21,9, alcanzando su nivel más bajo desde mayo de 2009, mientras que la disposición a comprar se han recortado 2,8 puntos hasta -19,5, la impresión más baja desde octubre de 2008, marcando el octavo mes consecutivo de descensos.

"Las elevadísimas tasas de inflación actuales, de casi el 8%, están provocando grandes pérdidas de ingresos reales entre los consumidores y, por tanto, una reducción significativa del poder adquisitivo", ha dicho Rolf Bürkl, experto en consumo de GfK.

Este experto también ha remarcado que "muchos hogares se ven obligados a gastar mucho más dinero en energía o a reservar dinero para pagar facturas de calefacción mucho más altas", de forma que "tienen que recortar otros gastos, como las nuevas compras. Esto hace que el sentimiento de los consumidores caiga en picado hasta un nuevo mínimo histórico".

El hundimiento del estado de ánimo de los consumidores alemanes es una mala noticia para una economía que ya está preparada para una recesión y, como columna vertebral de Europa, también va a afectar gravemente a las perspectivas de la región. De hecho, Bürkl se ha referido a ello diciendo que Alemania se enfrente a "tiempos difíciles" en los próximos meses y que "actualmente es imposible" predecir cuándo empezarán a remitir las presiones inflacionistas.

"El gasto real negativo de los consumidores exacerbará las tendencias de recesión de la economía alemana", ha rematado.

De hecho, los expertos de Pantheon dicen que la caída del índice GfK en octubre "sugiere que el panorama no hace más que empeorar de cara al cuarto trimestre" y que "la economía alemana está entrando en recesión".

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