Presidente, entrenador y hasta tutor legal: El joven luchador que lo apostó todo por el hockey

Aranda de Duero

Jorge Collantes es, probablemente, el presidente más joven de cualquier club deportivo de Aranda de Duero. Tiene 30 años, pero desde hace muchos ya es la cara visible del Club Hockey Linea de Aranda, un deporte que gracias a él ha dejado de ser visto como minoritario (al menos en esta localidad) y que integra a decenas de niños y niñas de diversas edades en un proyecto ambicioso que cada año da nuevos pasos y que desde estos últimos meses cuenta con unas renovadas instalaciones. Hoy podríamos hablar con Collantes de su capacidad de afrontar retos y dar su vida por promocionar un deporte desconocido para llevarlo a la élite, pero lo hemos hecho por un motivo tan social como agradecido.

"Creé el club con 19 años, cuando pensé en ofrecer a los demás las oportunidades que yo no había tenido. No teníamos instalaciones ni dónde entrenar, y estuvimos alquilando pabellones hasta que mis padres me avalaron y un particular me alquiló una nave en el polígono industrial. Con lo que sacaba y préstamos del banco, pudimos comprar el suelo oficial en el que competimos", detalla, antes de especificar el programa de becas tan especial que lleva a cabo. Jorge 'ficha' a jóvenes talentos -menores de edad-, pero no solo se encarga de dirigirlos en lo deportivo, sino también de tutelarlos y educarlos. "Lo llamamos becas Collantes", dice entre risas, presentando a Daniel y Dusan, dos de sus pupilos. Viven en su casa, y sí, él los mantiene y cuida.

"Todo empezó con Daniel; se vino con 13 años. Yo me hice cargo de su tutela legal con mi madre. Controlamos sus estudios y rendimiento académico, y lo único que le pedimos es que aprobase el curso y aprovechase la oportunidad porque venía de repetir", detalla. Collantes empezó a los 25 años a dar este paso. Le privó de vida social y personal. Pero era un reto "tener un hijo de 13 años", y ahora con perspectiva "no me arrepiento". "Me ayuda pensar que les ayudo a mejorar como deportistas y formarles como personas, que sobre todo se basa en eso. Cada uno tiene su cuarto, y los padres digamos que solo pagan la comida de los chicos. Yo organizo las compras, quién y cuándo limpia, hago de papá y mamá, y aunque el primer año fue duro, ya va todo rodado", añade.

"Me ha cambiado la vida"

Daniel es "la sombra de Jorge", como él se define. "Patinaba mucho en Salamanca y un día descubrimos el hockey, que se convirtió en mi inspiración. Vine a un campus de verano, gusté, y me propusieron venirme. Mi madre me dio su apoyo, y a mi padre le costó porque tenía 13 años y esto suponía irme de casa. Tampoco era una época buena y me sentó bien cambiar de aires. Venir aquí me hizo cambiar, ser distinto y nuevo, volver a nacer. No tenía buenas compañías y en Aranda sí, aquí he cambiado todo. Todo lo he descubierto gracias al hockey", explica, detallando sus sueños. "Espero dedicarme a esto algún día, y mi sueño es jugar algún Mundial", cuenta.

"Llevaba años queriendo venirme a vivir aquí"

Dusan viene desde Vitoria. Jugaba en hockey hielo. Pero tenía futuro. "Él se estaba quedando algo estancado; yo le propuse a su madre que se viniera porque estábamos dispuestos a tecnificarlo por cómo trabajamos, no por la ayuda económica que tenemos que es ínfima...Ya le han convocado ya con la Selección Española y para jugar el Europeo", recuerda Collantes. "Ha merecido la pena", reconoce también el vitoriano. "Llevaba años queriendo venirme a Aranda a vivir. Este es un club que exige entrenar como jugador, y como estudiante sacar buenas notas. Y quiero seguir aquí, pero un tiempo de descanso viene bien ahora con el verano", sentencia.

Esta no es una familia tradicional, pero es una familia igual de válida. Una familia con un padre que, utilizando el hockey como unión, ha forjado deportistas y personas. Jóvenes con futuro. Y con valores incalculables.

La charla puede reproducirse en la parte superior de la información.