Manual para lidiar con los cólicos del lactante que tanto desesperan a muchos padres

  • De causa desconocida, son más frecuentes en el primer hijo y menos en los bebés alimentados con leche materna.
Uno de cada cuatro niños padece cólicos del lactante a los pocos días de nacer.
Uno de cada cuatro niños padece cólicos del lactante a los pocos días de nacer.
GTRES
Uno de cada cuatro niños padece cólicos del lactante a los pocos días de nacer.

Uno de cada cuatro niños padece cólicos del lactante al poco de nacer. Son bastante frecuentes pero también muy molestos, no solo para los pobres bebés que se retuercen de dolor, sino también para muchos padres que se desesperan por no poder aliviar a sus hijos.

Desde la consulta de enfermería del Hospital Quirónsalud San José de Madrid enfatizan en primer lugar que siempre hay que recordar que es normal que los bebés lloran en determinadas situaciones, bien porque tienen hambre o sed, porque presentan frío o mucho calor, porque se han hecho cacas o hay mucho ruido… Es su forma de contactar con sus cuidadores y se calman cuando se han satisfecho sus demandas. Pero en el caso de un episodio de cólicos del lactante, estos siguen llorando.

“Son episodios recurrentes y prologados de un llanto intenso y vigoroso, en un bebé sano y bien alimentado, que tienen lugar sin causa aparente y suelen producirse por la tarde-noche. Si hablas con unos padres cuyo hijo ha sufrido cólicos del lactante, estos los recordarán como unas horas del día estresantes, angustiosas, agotadoras”, remarcan estas especialistas.

En concreto, suelen aparecer a partir de los 15 días de vida, siendo especialmente frecuentes en torno al mes y medio, y desapareciendo hacia los 3 meses de edad. “Son episodios limitados en el tiempo (pueden durar desde minutos a varias horas) que desaparecen solos”, añaden las enfermeras de Quirónsalud San José.

"Son episodios limitados en el tiempo (pueden durar desde minutos a varias horas) que desaparecen solos"

Además de ese llanto repentino e inconsolable es muy característico que, durante el cólico, los bebés encojan las piernas sobre el abdomen y cierren los puños, mostrándose irritables y enrojecidos. En cuanto el llanto cede, los niños vuelven a su aspecto habitual.

¿Por qué tienen lugar?

Se desconoce la causa exacta por la que se produce el cólico del lactante, se cree que, más que por una única causa, el cólico se produce por la influencia de varias, prosiguen las especialistas: “Desde una inmadurez digestiva propia de la edad, que dificulta la expulsión de gases y facilidad para que las fibras musculares del intestino se contraigan generan cólicos dolorosos, hasta estreñimiento, alteración de la flora intestinal, o bien la intolerancia o alergia a las proteínas de la leche de vaca”.

Por otro lado, apuntan a causas psicosociales de la familia como una excesiva estimulación del bebé, una respuesta exagerada ante el llanto del bebé (son más frecuentes en el primer hijo), tabaquismo, cansancio, o una mala técnica en la alimentación que favorezca la acumulación de gases.

Desde la Asociación Española de Pediatría señalan también que también se consideran teorías de hipersensibilidad del bebé ante determinados estímulos, y recuerdan que hay pocas diferencias en la aparición de estos episodios de llanto, aunque afirman que con la leche materna son algo menos frecuentes.

¿Qué está en nuestra mano hacer?

“Si estamos cansados, o nos sentimos desbordados, debemos pedir ayuda a alguien de confianza. Es normal encontrarse así, no dudes que para cuidar, debes cuidarte, y el descanso físico y mental es fundamental”, sostienen las enfermeras pediátricas de Quirónsalud San José.

De hecho, remarcan que estos episodios suelen ser motivo de consulta de muchos padres. Así, indican que el pediatra, tras obtener una exploración normal del bebé en la que se buscan posibles problemas de salud que justifiquen ese llanto, les habla del cólico del lactante. “Es importante recordar que los cólicos del lactante no son una enfermedad, se trata de un trastorno benigno que no deja ninguna secuela al bebé”, apostillan las expertas.

"No son una enfermedad, se trata de un trastorno benigno que no deja ninguna secuela"

Es más, aseguran que no hay evidencias científicas que avalen la existencia de un remedio eficaz, al cien por cien, para prevenirlos o tratarlos. Sí sostienen que se han llevado a cabo diferentes estudios con Lactobacillus reuteri, un probiótico cuya ingesta no tiene efectos secundarios y que, en algunos casos, se ha visto que mejora los episodios de cólico del lactante. “Habla con nuestros compañeros pediatras e infórmate”, recomiendan.

Por otro lado, aportan algunas medidas que los padres pueden adoptar durante el episodio de cólico, para intentar aliviar el malestar o la incomodidad de nuestro hijo:

  • Mantén la calma. Debemos recordar que los bebés utilizan el llanto para comunicarse con nosotros, por lo que, tras asegurarnos de que está limpio y no tiene hambre, podemos coger al bebé en brazos para reconfortarle y trasmitirle tranquilidad.
  • Prueba con un suave balanceo en brazos. Descubre cuál es su posición favorita: contra tu pecho, apoyando su abdomen en tu antebrazo.
  • Los movimientos rítmicos pueden aliviarle. Prueba con un paseo en el cochecito por la calle.
  • Utiliza un suave ruido blanco: el sonido del secador de pelo o de la campana extractora.
  • El porteo supone un momento de contacto físico estrecho que produce una gran satisfacción al bebé. Aprovecha para acariciarle la cabeza y la espalda suavemente.
  • Si hace más de dos horas que ha comido podéis realizarle un suave masaje circular en el abdomen con las piernas flexionadas que le ayude a expulsar gases. Si ha comido recientemente es mejor que pospongáis este masaje ya que puede favorecer que el bebé vomite la toma anterior.
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