Osasuna se aferró a sus pilares contra el Granada para mantenerse firme en Los Cármenes y lograr un valiosísimo triunfo en uno de los duelos directos de esta jornada. Los de Arrasate, que no ganaban lejos de El Sadar desde octubre en Villarreal, obtuvieron un merecido premio tras dominar de principio a fin y gracias a los tantos de sus dos estiletes goleadores: los García. David y Kike.
Y es que el cuadro navarro empezó imponiendo su ley, pillando desprevenido a un Granada que parecía contagiado 72 horas después de la endeblez defensiva mostrada en el Coliseum. El conjunto navarro combinaba a sus anchas con mucha rapidez y guiado por un Moncayola omnipresente que fue protagonista de los dos primeros acercamientos.
El primero, un gol anulado por fuera de juego previo de Budimir (sospechoso, cuanto menos, pues las líneas del VAR parten desde el codo del croata). Se la dejó perfecta el croata y definió al segundo palo. Poco después, en otra gran progresión por la izquierda, llegó desde atrás y con todo a favor para definir la mandó fuera de los tres palos. Los Cármenes se impacientaba y también Robert Moreno, que no veía brotes verdes en los suyos.
Algo de luz irrumpió en los rojiblancos sobre la media hora, ya con los rojillos cediendo algo más de terreno. Puertas perdonó ante Herrera desperdiciando un fantástico balón de Jorge Molina y, minutos después, otra réplica con otro tanto anulado. Suárez fusiló con zurda, pero la jugada estaba anulada por fuera de juego de Germán, el que le había asistido. Poco más que reseñar en un primer tiempo marcado por el duelo de torres protagonizado por Budimir y Torrente, del que saltaban chispas cada vez que la pelota pasaba por allí.
Tras el paso por vestuarios, lo que sucedía en el césped fue un calco a lo ocurrido después del pitido inicial. Osasuna estaba firme, convencido de su idea, mientras que el Granada se movía a fogonazos estrellándose una y otra vez ante unos fantásticos David García y Juan Cruz. El segundo crece a pasos agigantados en el eje de la zaga, pero lo del primero es de una influencia casi sobrenatural.
Él fue el rey de las áreas, y cuando vio una mínima oportunidad en la del rival, no perdonó. Rozando el ecuador del segundo tiempo se elevó perfecto en un saque de esquina puesto con mimo por Rubén al punto de penalti. Salto imponente y giro de cuello para mandar la bola lejos de Maximiano. Era la cuarta diana del defensa más goleador de LaLiga Santander.
Desde ahí, y a pesar de que Robert Moreno metió más carne al asador, los de Pamplona manejaron los tempos a la perfección (qué jugador es Moncayola) y tras varias aproximaciones peligrosas que desbarató el portero luso, Kike García no perdonó. Brasanac y Nacho Vidal sacaron oro desde la banda y el lateral regaló el segundo al killer de Motilla del Palancar.
Al final, tres puntos merecidos que viajan hasta Navarra y que alejan al equipo de la zona peligrosa. Eso sí, y como bien dicen, la alegría va por barrios y las dudas ahora se trasladan a Granada, que suma su segunda derrota seguida en apenas cuatro días y con signos claros problemas atrás.
