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La reforma laboral agrieta la mayoría de la investidura

Gabriel Rufián eleva el tono, asegura que el Gobierno pretende un "chantaje" para aprobar la norma y acusa directamente al Ministerio de Trabajo de "intoxicar" en el relato sobre las negociaciones. Desde la Vicepresidencia Segunda no entran a la polémica, son optimistas con las negociaciones e insisten en que hay margen para el acuerdo.

La vicepresidenta tercera y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, conversa con el portavoz de ERC Gabriel Rufián durante la nueva sesión de control al Gobierno de este miércoles en el Congreso de los Diputados.
Imagen de archivo de Yolanda Díaz y Gabriel Rufián en el Congreso. Juan Carlos Hidalgo / EFE

En las negociaciones que ha liderado Yolanda Díaz en lo que va de legislatura es habitual que la vicepresidenta no dé una excesiva relevancia a las declaraciones públicas de los distintos actores que participan en la misma. La ministra de Trabajo sabe de la necesidad de trasladar determinados mensajes en momentos muy concretos e, incluso, ha confesado en alguna ocasión que ella anima a sus interlocutores a hacerlo, con tal de que se respete la discreción y el desarrollo de las conversaciones.

Sin embargo, lo que ha hecho este miércoles el portavoz de ERC en el Congreso de los Diputados, Gabriel Rufián, parece estar lejos de un desahogo o el intento de trasladar un determinado mensaje a la opinión pública al margen de las negociaciones sobre la reforma laboral.

El dirigente catalán no solo ha elevado el tono contra el Ejecutivo, sino que ha pasado de cargar exclusivamente contra la norma (que partidos como ERC o EH Bildu consideran insuficiente) a hacerlo directamente contra la propia vicepresidenta segunda, a la que ha acusado de "intoxicar" al trasladar a la opinión pública que se ha contado con el bloque de la investidura en la negociación de la reforma laboral, cuando, ha dicho, solo llevan "dos días" negociando.

Que estos partidos presentaban una importante resistencia al decreto aprobado en Consejo de Ministros no es una novedad. Sí lo es que, como ha avanzado Rufián, se estén planteando hacer un frente común contra la reforma laboral que aboque al Ejecutivo a sacar una de sus normas más relevantes con la derecha parlamentaria y, en concreto, con Ciudadanos.

Más aún cuando la formación de Inés Arrimadas se ha abierto a convalidar la norma "si no se toca ni una sola coma", condición que también puso la patronal CEOE para no salirse del acuerdo alcanzado por el Gobierno con los agentes sociales a finales de diciembre en esta materia.

Ante esta posibilidad, el diputado del BNG, Néstor Rego, ya avisó a primeros de enero de que el Bloque mantuvo contactos con ERC y EH Bildu para hacer un "frente común" en contra de la "decepcionante" reforma laboral. Ahora, casi tres semanas después y a dos de que el decreto ley sea examinado por el Congreso, Rufián ha apelado a esta opción tras asegurar haber sido "expulsado" de la negociación para que entre la CEOE.

Lo cierto es que estas formaciones de izquierda, además de otras fuerzas del bloque de la investidura, como PNV, Más País o Compromís, comparten la visión de que hay que remar en la misma dirección, ya que el nuevo modelo de relaciones laborales acordado con los agentes sociales es un "gran avance", pero "insuficiente".

En esta línea, para todas estas formaciones, al margen de lo que puedan dar de sí las negociaciones con el Ejecutivo, tramitar la reforma laboral como proyecto de ley es una prioridad, pues es lo que permitiría incorporar cambios a la medida, como recuperar indemnización de 45 días por despido o salvaguardar la prevalencia de los convenios autonómicos sobre los estatales.

Desde EH Bildu confían en que ese "frente común que se lleva fraguando varias semanas" junto a los sindicatos soberanistas fructifique en acuerdos con el Gobierno para "no dejar pasar esta oportunidad histórica de poner fin a la estatalización, recuperar la indemnización de 45 días y aumentar el control público sobre EREs". No obstante, hasta la fecha, la coalición abertzale ha optado por no elevar el tono contra la ministra de Trabajo en aras de apostar por el diálogo que, aunque "escaso", todavía no le ha movido de su posición frente a la reforma laboral.

Más País y Compromís han asegurado que en su caso, lejos de lo que han criticado otras fuerzas, la interlocución con el departamento que dirige Yolanda Díaz es "buena". No obstante, apremian al Ejecutivo a aprovechar la correlación de fuerzas progresistas en el Congreso para mejorar la norma durante su trámite parlamentario. 

"El Gobierno, si quiere sacar adelante la reforma, tiene que tener mayoría en el Congreso y tiene que decir con quién quiere sacarla. Si la asaca con Cs, está eligiendo un rumbo. Ojalá cuente con los apoyos del bloque de la investidura y para eso tiene que modificar la norma", ha advertido este miércoles el portavoz de Más País, Íñigo Errejón.

Díaz apuesta por el bloque de la investidura

En la Vicepresidencia de Trabajo no han querido entrar a valorar las palabras del portavoz de ERC y se han remitido a las negociaciones. El departamento dirigido por Díaz es optimista y asegura que hay satisfacción con las últimas reuniones mantenidas con los grupos del bloque de la investidura (interrumpidas ahora por el positivo de la ministra en covid, aunque las conversaciones continúan).

Sobre los "dos días" de reuniones a los que apuntaba Rufián, en el Gobierno siempre han dicho que los contactos se iniciaron incluso antes de navidad. En cuanto a la "permeabilidad" y la "presión del entorno" a la que apuntaba el portavoz de ERC en sus declaraciones, hasta el momento Trabajo habría hablado sobre la reforma laboral con personas muy concretas del partido catalán: el propio Rufián, el diputado Jordi Salvador (experto en asuntos laborales) y el president de la Generalitat de Catalunya, Pere Aragonès (con el que la vicepresidenta cenó hace unos días).

Tampoco se entiende en el entorno de la vicepresidenta que Rufián haya deslizado que el objetivo de Díaz puede ser el de sacar adelante la reforma de la mano de Ciudadanos. Desde que el Consejo de Ministros dio luz verde al decreto, la vicepresidenta apostó por negociar de manera prioritaria con el bloque de la investidura e, incluso, señaló expresamente la incompatibilidad de los de Arrimadas con la norma, dado que defendían modelos laborales como el de la mochila austriaca.

Más allá de las declaraciones del portavoz de ERC en el Parlamento, en Trabajo insisten en que todavía hay margen para el acuerdo y recuerdan que las negociaciones continúan.

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