Que la selección española vaya a jugar 18 años después un partido en Barcelona no resulta una noticia especialmente ilusionante para el Govern.
Lejos de aplaudir que el combinado nacional vaya a disputar un amistoso en el estadio del Espanyol el próximo 29 de marzo, el vicepresidente de la Generalitat, Jordi Puigneró, ha manifestado: "Lo que me gustaría ver en Barcelona es un España-Cataluña". "Es para lo que trabajamos", ha añadido el dirigente de Junts, refiriéndose a la consecución del proceso independentista como paso previo a la disputa de partidos entre la selección española y un combinado oficial de Cataluña.
Colau, equidistante
Más equidistante ha sido la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, quien ha enamarcado el desembarco del combinado nacional en la "normalidad deportiva" y ha deseado "suerte" a "los distintos equipos", esto es, tanto a la selección española como a la que será su rival en el encuentro amistoso, Albania.
Hay que remontarse a 1975 para dar con el último partido de la selección española en Barcelona. Tuvo lugar el 12 de octubre de ese año frente a Dinamarca en el estadio de Sarrià y venció por dos goles a cero.
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