novak djokovic open autralia
El tenista Novak Djokovic.Alberto Sánchez

El caso Novak Djokovic ha traspasado las fronteras del mundo del tenis. Tras la cancelación del visado al entrar en Australia, su liberación y la devolución de la documentación ordenada por el juez, la vuelta del jugador a la competición, las ruedas de prensa de sus familiares y la investigación que se le ha abierto por un posible delito grave al ofrecer información falsa al entrar al país, este viernes llegó la cancelación definitiva del visado por parte del ministro de Inmigración, Alex Hawke, y su nueva detención.

“Mi hermano no se ha saltado ninguna ley, no ha hecho nada malo, vamos a esperar a mañana. Creemos en la Justicia y esperamos que pueda jugar”, decía Djordje Djokovic, hermano del tenista, en una comparecencia ante los medios de comunicación el pasado martes, la misma que la familia optó por suspender al ser cuestionada sobre si el serbio se había saltado la cuarentena al dar positivo el 16 de diciembre y asistir a un evento el 17 de diciembre.

El caso Djokovic se ha ido complicando a lo largo de los días, desde que se le concediera una exención médica para poder jugar el Open de Australia por parte del director médico de Tennis Australia y el estado de Victoria, hasta este momento. Justo antes de aterrizar, las autoridades australianas decidieron que ese documento no era suficiente para entrar al país, por lo que le quitaron el visado y le detuvieron en un hotel de Melbourne hasta que un juez revocó la decisión. El magistrado se amparó en que no se había otorgado la equidad procesal al no darle tiempo suficiente para hablar con sus abogados y demostrar que su exención era válida.

Entonces, pudo salir y dirigirse al centro de entrenamiento con los demás tenistas. Poco después, el ministro de Inmigración, Alex Hawke, decidía, haciendo uso de su potestad, volver a denegar el visado al número uno del mundo del tenis pese a haberse realizado el sorteo del torneo, en el que ya se contaba con él. La decisión se tomó "por motivos de salud y de buen orden, sobre la base de que era de interés público hacerlo".

A la vez, la Justicia también investigaba si ‘Nole’ mintió en los formularios de entrada al país. En ellos, declaró que no había salido de su residencia en Belgrado en los 14 días anteriores a su llegada a Australia, el 5 de enero. El problema es que el serbio estuvo entrenando en Marbella (Málaga) días antes de llegar a Melbourne.

Finalmente, y tras todo el revuelo, el número 1 del mundo del tenis ha decidido acatar la decisión. Ha tomado un avión hacia Emiratos Árabes Unidos antes de llegar a Serbia.

“TODOS DEBEMOS SEGUIR LAS REGLAS SOCIALES”

Con todo este ‘culebrón’ todavía latente, el director del máster en Sports Management de SMS de EAE Business School, Francesc Cruces, cree que los tenistas, al igual que el resto de personas, deben seguir “una serie de reglas sociales que nos hemos dado para erradicar la pandemia lo antes posible”.

En este caso, el Gobierno de Australia ha decidido imponer su criterio sanitario sobre el del deporte profesional, según el experto, por lo que lo que se está exigiendo a Djokovic “es lo mismo que deberían aplicar conmigo o con cualquiera, ya seas jugador o espectador, y se supone que se está aplicando a todo el mundo".

Esta distinción entre cómo se ha tratado al serbio y al resto del mundo se hace aún más patente cuando se compara con el caso de Renata Voracova, tenista que también asistía al Open de Australia y cuyo visado también fue cancelado, sin opción a tener una exención médica. La jugadora permaneció aislada en el mismo hotel que Djokovic, tampoco pudo quedarse en el país para disputar el torneo y ahora exigirá una indemnización a Tennis Australia.

“Evidentemente, el nivel de ruido mediático que es capaz de generar Djokovic en comparación con Voracova es muy distinto. No nos tenemos que confundir, porque son grandes mitos del deporte, pero son ciudadanos que tienen derechos y obligaciones”, sentencia Cruces.

AFECTA A NIVEL REPUTACIONAL, PERO NO A NIVEL ECONÓMICO

A nivel reputacional, esta situación está pasando factura tanto a Novak Djokovic como al propio Open de Australia y al tenis en general, ya que se trata del jugador número uno en el ránking mundial.

“Que solo se hable de la competición en este tono no beneficia a nadie”, afirma el experto en deporte.

Numerosos son los comentarios que se pueden encontrar en redes sociales al respecto, en los que tanto el jugador como el país no salen bien parados debido a esa clara diferenciación en el trato. Una práctica que, según Cruces, hemos podido ver en el deporte patrio durante mucho tiempo. “Esto ya ha pasado antes, pero quizá no en un ámbito donde entra la ética, como es este caso. Ha habido políticas fiscales distintas para deportistas que se han ido a Andorra u otros paraísos fiscales a tributar y se ha normalizado”, afirma.

Esta práctica ha ido más allá de los impuestos y también ha llegado a la gestión de nacionalidades. “¿Por qué un jugador de élite es invitado a jugar con una selección cuando a un compatriota se le deniega?” cuestiona el especialista.

Pese a todo, la percepción de la sociedad sobre el caso Djokovic parece que no se trasladará al ámbito económico. “La marca Djokovic es potente y capaz de resistir una mancha en su currículum, pero si evoluciona y sigue empeorando, las marcas que están con el jugador, que suelen ser conservadoras, no van a querer contribuir a esta polémica”, afirma.

Una situación bien distinta es la que vivirá la competición, como ya se ha visto en algunos casos concretos en la NBA, la NFL o la Bundesliga, ya que los jugadores que no quieren vacunarse forman parte de un pequeño porcentaje, aunque “hacen mucho ruido”. Es por ello que Cruces cree que difícilmente el conjunto del mundo del tenis se verá afectado por esta polémica a nivel económico.

Lo que está claro es que el clima en el entorno de los jugadores se ha tensionado, puesto que han sido varios los que han salido a criticar la posición de Novak Djokovic, como Rafael Nadal. “He leído que cuando Djokovic entró a la zona común del Melbourn Park para entrenar se hizo un silencio incómodo”, dice Cruces.

“Lo que ha salido sobre si ha mentido está haciendo que el tema se radicalice excesivamente. Además, cuando han tenido tiempo, porque de esto hace meses que se habla. Alguien debería haberlo gestionado mejor”, concluye.

Noticias relacionadas

contador