La llamaron «sucia y prostituta» en los periódicos: una serie le hace justicia a la duquesa de Argyll, la mujer más odiada por la alta sociedad británica de la época

Cuando Margaret Campbell, rica heredera de una fortuna sin linaje, se casó con su primer marido, el corredor de bolsa y golfista estadounidense Charles Sweeny, la multitud que se apelotonó para ver su vestido de Norman Hartnell fue tan grande, que el tráfico en el suroeste de Londres se detuvo durante casi tres horas. Ella era la niña mimada de la alta sociedad, tan famosa que Cole Porter la hizo protagonista de su canción 'You're the Top' ('Eres lo más'). Efectivamente, Margaret Sweeny era muy consciente de su atractivo, no en vano había sido la debutante del año en 1930, y se desenvolvía con todo el privilegio que le permitía su fortuna. Anhelaba poseer un título, así que cuando se le presentó la oportunidad de casarse con el duque de Argyll no se lo pensó. Tendría que haberlo hecho. Su divorcio aún puede contarse como el más despiadado de la historia, una tormenta de fotos robadas, insultos y humillaciones que destrozó a Margaret Argyll. No hace tanto, en los años 60, jueces, abogados y periodistas destruyeron a Margaret. La hicieron pedazos en el juicio, también mediático.

«Una mujer completamente promiscua cuyo apetito sexual solo podía satisfacer con varios hombres a la vez». Así calificó el juez Lord Wheatley en algún momento de 1963 a Margaret Campbell, duquesa de la región escocesa de Argyll, cuando acudió al juzgado para divorciarse de su segundo marido, Ian Douglas Campbell,undécimo duque de Argyll. La prensa fue aún más allá: prostituta, sucia, 'la duquesa de las felaciones'… Los insultos y humillaciones la convirtieron en una apestada no solo en la alta sociedad, sino en todos y cada uno de los barrios londinenses. La sentencia del juez, leída por el mismo en voz alta en sala, tenía 50.000 palabras, supuestamente necesarias para enumerar todas las perversiones de la duquesa, sabidas gracias a su diario personal y una colección de fotografías subidas de tono que el duque se encargó de robarle de su caja fuerte personal. Este golpe bajo, bajísimo,no recibió ninguna reprimenda por parte de Lord Wheatley. Unicamente interesado en embarcarse en una cruzada moral contra Margaret, con la complicidad de su futuro ex. Estamos, sin duda, ante un típico caso de porno-venganza.

Los duques de Argyll eran, en los años 60, más famosos que las estrellas de Hollywood. La caída fue tremenda. Para ella, claro, que fue expulsada del paraíso rápidamente. Su fama de pervertida devoradora de hombres fue repitiéndose de década en década hasta los años 90. Muchos de los insultos que le dedicaron en 1963 volvieron a aparecer en su obituario, publicado en toda la prensa en 1993. Sorprendió muchísimo a Sarah Phelps, que entonces aún no se había convertido en la reputada guionista de series de televisión que ya es hoy. Phelps ha tardado 28 años en recoger esta historia para hacerle justicia a la duquesa de Argyll, gracias a una serie que producen BBC y Amazon Prime con Claire Foy (la primera Isabel II de 'The Crown') en e papel de Margaret Argyll y Paul Bettany ('Bruja Escarlata y Visión') como el duque. El terrible y rencoroso duque. Tras leer varios libros sobre la duquesa y el guión de la serie, Foy admitió que encontraba «increíblemente descorazonador» el sexismo del caso: «Convertir la sexualidad en una arma contra las mujeres es profundamente irritante. Siempre termina en condena para nosotras: o vas desaliñada o eres demasiado sexy. Y no hemos avanzado nada en todo este tiempo».

«Esta es la historia de una mujer fenomenal, un hombre dolido y bastante difícil y un matrimonio absolutamente fallido», resume Phelps. Foy admite que lo que la sedujo del proyecto fue la relación entre marido y mujer que desata todo el drama: «Me conmovio muchísimo. En realidad, estamos ante dos personas que primero se enamoran y luego se odian terriblemente». Bettany, por su parte, describe al duque de Argyll como «un sociópata que busca una pareja dependiente emocionalmente. De hecho, durante el juicio sale a relucir su tristeza al darse cuenta de que la pareja que ha elegido quiere jugar más a su juego. Me gustaría que la serie llevara a discutir cómo este tipo de personas espantosas encuentran protección en sociedad gracias a su poder y el de sus iguales. El tema sexual me parece muy aburrido».

Lady Colin Campbell, casada brevemente con uno de los hijos del duque de Argyll y amiga de la duquesa, la visitó en su exilio londinense casi hasta sus últimos días. «Fue la víctima de un gigoló avaricioso y narcisista que se casó con todas sus esposas por dinero. Cuando Margaret le negó el divorcio, le dijo que la destruiría. Él sabía que muchos de los hombres que llamaba amantes eran, en realidad, amigos gays que no podían admitir en público su homosexualidad. Mintió con la tranquilidad de que el juez jamás podría creer que lo haría».