Chema Martínez cumple este viernes 50 años, medio siglo en el que mantiene intacta su gran pasión: correr. El director técnico de Runner's World ya hace una década que abandonó de forma profesional el atletismo, pero no ha parado de hacer cosas: dar charlas, presentar eventos, ejercer de embajador de Adidas, colaborar con medios de comunicación con sus consejos para corredores populares y, sobre todo, no dejar nunca de competir. En carreras en el asfalto, la montaña, la tierra, la nieve, en ciudades, en desiertos, en volcanes...Un no parar.

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Antes de su frenética vida de corredor de gran nivel, el madrileño fue un gran atleta, claro. Empezó en el deporte en Villaviciosa de Odón y a los 20 años ya era un profesional que fue escalando sus posibilidades en el fondo hasta su gran momento. En una noche épica de Europeo de Munich 2002, ese del gran éxito español, Chema emergió bajo la lluvia y ganó los 10.000 metros derrotando nada menos que al alemán Dieter Baumann, que una década antes se había proclamado campeón olímpico en Barcelona 92, con la cabeza tan rapada como José Ríos, con el que compartió podio.

Martínez se asentó en la élite y dos años después se estrenó como olímpico en Atenas, compartiendo carrera con mitos como Haile Gebrselassie o Kenenisa Bekele, alternando ya la pista y el maratón y ganando carreras en ruta como la San Silvestre Vallecana en 2003. En el verano de 2006, defendió su título europeo en Gotemburgo y sacó otra medalla de plata en los 10.000 metros tras el alemán Jan Fitschen y subiendo al cajón junto a Juan Carlos de la Ossa.

Chema se centró después en el maratón. En 2007 fue 10º en el Mundial de Osaka. En 2008 ganó en Madrid, el último español en hacerlo, meses antes de viajar a los Juegos Olímpicos de Pekín y en medio del calor y la contaminación corrió con valentía en el grupo delantero unos cuantos kilómetros y terminó 16º. En otro Mundial, Berlín 2009, mejoró hasta la 8ª plaza bajo la Puerta de Brandenburgo, y en 2010 puso el colofón a su carrera con 38 años ganando la medalla de plata en el Europeo de Barcelona tras el suizo Viktor Rothlin dándose un baño de masas con la afición española.

Y ahora, a sus 50 años, no es difícil adivinar qué hará Chema Martínez. Seguir corriendo.