Todas hemos oído en alguna ocasión que si nos sometemos a alguna dieta para perder peso (o controlarlo) no es necesario renunciar a algún capricho, que normalmente viene con apellido diet. Sin embargo, mucho se hablado a lo largo de los años de si estos productos son o no realmente saludables, sobre todo cuando tiene que ver con bebidas.

Como ya sabemos, el alcohol está más que prohibido en las dietas, pero las bebidas diet se han colado en la lista de refrescos que poder tomar durante un régimen. La pregunta es ¿realmente nos ayudan a perder / controlar peso? Según un reciente estudio titulado Obesity and Sex-Related Associations With Differential Effects of Sucralose vs Sucrose on Appetite and Reward Processing, publicado en JAMA Network Open, sostiene que las mujeres y las personas que sufren obesidad crónica experimentan un aumento de apetito cuando ingieren este tipo de bebidas azucaradas artificialmente, muy a pesar de su distinción diet.

¿Por qué? La respuesta es bastante simple. La razón es que los edulcorantes artificiales de estas bebidas incitan al cuerpo a pensar que cierta cantidad de azúcar real está 'al caer'. Sin embargo, y al no recibirlo, el cuerpo inmediatamente genera apetito como respuesta a esta 'decepción'. Es aquí donde nuestras dietas están en peligro. Aunque este tipo de bebida diet tiene menos calorías y azúcares que la normal, lo cierto es que nos incita a comer. Nos abre el apetito.

Susan Swithers, científica de la universidad de Purdue lo explica así: "Se supone que obtienes azúcar después de que algo tenga un sabor dulce. Tu cuerpo ha sido condicionado a eso. Pero al obtener el sabor dulce sin el azúcar, eso cambia la forma en la que responderás al azúcar la próxima vez, porque no sabes si llegará o no".