Koeman dirigió al equipo desde un palco privado

Schreuder ocupó el rol del de Zaandam y no paró de dar instrucciones en el área técnica

Koeman, en una imagen de archivo en el palco

Koeman, en una imagen de archivo en el palco / SPORT

Sergi Capdevila

Sergi Capdevila

Por segunda vez desde que aterrizó en Barcelona para hacerse cargo de la primera plantilla, Ronald Koeman tuvo que vivir desde el palco un partido de los suyos. El curso pasado fue en Mestalla, donde sufrió de lo lindo en el triunfo por 2-3 frente al Valencia; esta vez las pulsaciones fueron muy distintas y el de Zaandam respiró muy tranquilo desde el comienzo para ver a sus chicos ganar con solvencia.

Ubicado en un palco privado del que no trascendió ninguna foto, Ronald padeció obviamente como siempre que sigue los encuentros desde el verde, donde prácticamente nunca lo vemos sentado. Llegó muy pronto a las instalaciones del Camp Nou. Tanto, que se encontró con las puertas cerradas y tuvo que dar media vuelta. Henrik Larsson fue el encargado desde el banquillo de mantener el contacto permanente con Koeman. El sueco no se despojó ni un momento de los auriculares, mediante los que iba recibiendo las instrucciones y las transmitía posteriormente a Alfred Schreuder.

El tándem formado por el ex del Hoffenheim y el exdelantero azulgrana, que tenía una efectividad del 100%, mantiene su infalibilidad con un convincente y contundente triunfo por 3-0. Schreuder, que lució unos pantalones de chándal bastante comentados en las redes sociales, no se sentó ni una sola vez. Estuvo dando indicaciones a sus jugadores sin parar, al más puro estilo Koeman. 

AGUAS TRANQUILAS

Después de un par de semanas con las aguas bajando muy revueltas, por fin podrá vivir Koeman unos días de tranquilidad. Por lo menos hasta que llegue el partido del miércoles ante el Benfica, crucial de cara al porvenir en la Champions de un Barça que comenzó mal.

Tras la lectura del famoso comunicado, ruedas de prensa tensas y un enfrentamiento constante con el presidente Laporta, en principio la convincente victoria de ayer, junto a la reaparición feliz de Ansu Fati y la apuesta por los más jóvenes, deberían acarrear días de calma. Por delante, una semana con dos partidos de máxima exigencia antes de un nuevo parón de selecciones. Será clave poder dar continuidad a las sensaciones de ayer.