PRIMERA PLANA
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Emma Raducanu, la nueva Reina de Inglaterra: "Es imposible ser perfecta"

De padre rumano y madre china, la británica nacida en Canadá se ha convertido en la sensación del tenis (y del mercado) tras ganar el US Open con apenas 18 años

Emma Raducanu, la nueva Reina de Inglaterra: "Es imposible ser perfecta"
EFE
Actualizado

Apenas dos millas separan Beckenham de Bromley, distancia a la que deben añadirse otras cinco para alcanzar Orpington. Las tres poblaciones, que trazan una especie de diagonal descendente al sureste de Londres, forman parte del distrito al que concede nombre la segunda y resultan fundamentales para entender el crecimiento de Emma Raducanu. Deportivo, por supuesto, refiriéndose a una mujer que ha

ganado un Grand Slam con 18 años, pero también educativo y en definitiva vital.
Porque en Beckenham está The Parklangley Club, a cuyo programa tenístico de formación se unió tras cumplir los seis. Porque en Bromley está la Bickley Primary School, en la que estudió Primaria. Porque en Orpington está la exclusiva Newstead Wood School, con la que ha rozado la excelencia
en la continuación de sus estudios. No deja de resultar curioso ese grado de localización cuando se atiende al crisol internacional de esta británica nacida en Canadá de padre rumano y madre china.
Ian nació en Bucarest, Renee vio la luz en Shenyang y la hija de ambos vino a este mundo en Toronto, trasladándose todos al Reino Unido cuando la pequeña Emma apenas tenía dos años. Orgullosa de sus orígenes, ella se entusiasma con la comida rumana y domina el idioma mandarín
. Incluso las referencias deportivas que acepta, Simona Halep y Li Na, parecen repartirse de modo que nadie se sienta ninguneado. Los progenitores de Raducanu, a todo esto, proceden de antiguos regímenes comunistas. "La ética de trabajo que me han inculcado desde sus propios orígenes definitivamente me ayudó, porque realmente me esfuerzo al máximo cada vez que entro en la cancha", explica ella desde su sorprendente madurez. "
Tengo expectativas muy altas y creo que eso es algo bueno en general, aunque a veces también puede resultar perjudicial porque esperas mucho de ti misma y quieres ser perfecta, pero eso es imposible
", añade. El mercado, en todo caso, se prepara como si no lo fuera. "
En 35 años en la industria tendría que remontarme a los tiempos de Tiger Woods para pensar en algo similar
", explica Michel Masquelier, ex presidente de IMG Media, gigante de la gestión deportiva. Por talento, por juventud, por atractivo personal, por impacto en su país, por dimensión global... el impacto comercial de Emma se antoja tremendo, de modo que uno de los partidos más importantes que jugará con los suyos en las próximas fechas es el de los numerosos patrocinadores que la rondarán. Conviene que elija bien sus golpes. "
Es tan inspiradora que se convierte en la persona perfecta para promocionar marcas poderosas que quieran aprovechar su base de seguidores
", resume Nick Ede, experto en branding.
Amazon Prime tenía los derechos de licencia para el US Open en Inglaterra, pero el desarrollo de los acontecimientos puso al país de uñas: Emma iba a jugar una final que no podría seguirse en abierto. Reaccionó Channel 4, propiedad del estado pero en parte financiada desde lo comercial, de manera que consiguió un acuerdo de emisión a última hora de la noche del viernes previo al partido. El acierto lo marcó la audiencia: 9,2 millones de espectadores... y, sobre todo, un 48% de los jóvenes (entre 16 y 34 años) que se sentaban a esa hora ante la pantalla.
Raducanu es el futuro... más allá de que también sea el presente tras convertirse en la primera británica que que gana un Slam desde que lo hiciera Virginia Wade en 1977
. De los 52 femeninos que ha conquistado el Reino Unido, casi todos pertenecen a tiempos pretéritos. Por ejemplo, los primeros 21 Wimbledon consecutivos. El cuento de hadas que fue el US Open para Emma ya se ha desmenuzado desde los datos, porque se trata de la primera jugadora que llega a la final de un Grande (y la gana) desde la previa. Necesitó, así, diez partidos para alzar el trofeo y los resolvió sin ceder un solo set. De hecho tampoco jugó tie-break alguno. Curiosamente el duelo más complicado lo superó cuando aún no había llegado a la fase final, el segundo de los que disputó concretamente, en el que la georgiana Mariam Bolkvadze fue capaz de hacerse con ocho juegos para el 6-3 y 7-5 final.
Flushing Meadows era apenas el segundo grande de Raducanu (y de hecho su primer título en la WTA), después de haber accedido al último Wimbledon por invitación. En el All England Club ya dio que hablar, llegando a la cuarta ronda... y retirándose del partido ante Ajla Tomljanovic
con mareo y unos problemas respiratorios que afortunadamente no fueron a más.
Raducanu subió 127 puestos en la última actualización del ránking, del 150º al 23º (antes tenía cuatro españolas por encima, Muguruza, Badosa, Sorribles y Parrizas; ahora sólo queda Garbiñe), pero, más allá de seguir progresando ahí, el desafío que presenta para ella un circuito sometido a continuos vaivenes pasa por abandonar cuanto antes la amplia lista de jugadores que desde 2015 han ganado un Grande... y no han vuelto a jugar una final: la forman Flavia Pennetta, Jelena Ostapenko, Sloane Stephens, Caroline Wozniacki, Bianca Andreescu, Sofía Kenin, Iga Swiatek y Barbora Krejcikova, cierto es que a la última conviene conceder un margen similar al de Emma, no en vano ambas han saboreado el éxito este mismo año.
La británica, por cierto, vuelve a a buscar entrenador después de cambiarlo recientemente, sustituyendo a Nigel Sears, suegro de Andy Murray, por Andrew Richardson, con el que ya había trabajado cuando era (aún) más joven
. Después de los múltiples compromisos a los que tuvo que atender tras el US Open, Raducanu ha vuelto a entrenar esta semana (el viernes peloteaba con Kate Middleton, duquesa de Cambridge, en un acto para visibilizar los beneficios del deporte entre los jóvenes) sin despejar totalmente la duda sobre su retorno competitivo, quizás en Indian Wells la segunda semana de octubre. Aprovechando su estancia en Nueva York la tenista rindió visita al mítico edificio de la Bolsa, algo que le hacía especial ilusión por aquello de que sus padres proceden del mundo de las finanzas y de que ella misma superó la asignatura de Economía con la mejor nota posible.
También estuvo en la Met Gala (evento benéfico anual del Instituto del Vestido del Museo Metropolitano de Arte), invitada y vestida por Chanel ("estaba más nerviosa esperando las fotos que saliendo a la pista central", bromeó ella)
, lo que nos devuelve al tercer párrafo de este texto, relativo al impacto en el mercado de una "rara combinación de talento, habilidad, belleza, compasión, inocencia e inteligencia", tal y como la define el ya citado Ede. A todo esto el planeta vive una pandemia, lo que se recuerda a los efectos de que, por increíble que parezca, Raducanu se distanció del tenis durante más de un año, entrenando y jugando torneos menores cuando podía, pero sin posibilidad de moverse en esa élite que ha tomado ahora por la fuerza y a las primeras de cambio: "
Después de 18 meses alejada del deporte, al salir juegas todos los partidos como si no supieras cuándo será el último. Así me estaba acercando todo el verano al US Open
". Fue ahí cuando apretó en sus estudios: "Diría que tenía mi educación y mis exámenes como respaldo, porque siempre supe que había otra opción si el tenis no funcionaba o si sufría una lesión extraña y no podía continuar". Eso sí, prefiere la realidad: "Probablemente me habría encantado lo que hubiera hecho si no jugara al tenis... pero no tanto".
Parece que ha pasado una eternidad desde que se vieron las caras en el Wimbledon junior de 2018 Emma Raducanu y Leylah Fernández, recientes protagonistas de la gran final. La canadiense es otra digna representante de la nueva generación de la raqueta, no en vano este mismo mes ha cumplido 19 años. "
Creo que la noche después de la final fue probablemente la más especial de mi vida... pero por los momentos que pasé con el equipo, reflexionando y charlando sobre los últimos tiempos
", recuerda ahora la inglesa. "
Ella es el talento del siglo
", apunta Jurgen Klopp, cuya declaración se recupera, aunque lo del alemán que entrena en Inglaterra sea el fútbol, por si la continuación de la misma vale como pista de lo que se viene: "Veré el tenis femenino mucho más, sin duda, que en los últimos años". Todo apunta a que no será el único. "Aún no lo he asimilado, pero
de vez en cuando recuerdo que gané el US Open
. Así que sí, es una sensación divertida", completa Raducanu. El huracán Emma.

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