"Un escándalo para el movimiento feminista". Con estas palabras ha definido este martes la ministra de Igualdad, Irene Montero, lo que supondría la entrada en prisión de Juana Rivas, condenada a dos años y medio de cárcel por sustraer a sus dos hijos menores en 2017.
Rivas, que mantuvo a sus hijos 14 meses alejados de su padre, deberá ingresar en el Centro de Inserción Social Matilde Cantos, en Granada, después de que la Justicia estimara parcialmente el recurso elaborado por la Fiscalía en contra del tercer grado que cumple desde el 15 de junio.
Rivas ingresó inicialmente en el centro penitenciario el pasado 11 de junio, y tan sólo cuatro días más tarde logró el tercer grado que a principios de julio recurrió la Fiscalía.
"Si Juana Rivas ingresa en prisión definitivamente no solamente va ser escándalo para las mujeres y para el movimiento feminista, sino una muy mala noticia para la democracia", ha criticado la ministra de Igualdad. "Estaremos mandando un mensaje a muchas mujeres de que proteger a sus hijos y a sí mismas puede salirles muy caro".
Por este motivo, Montero ha pedido a las instituciones una "reflexión" sobre si realmente protegen a "todas las mujeres". "Vamos a hacer todo lo que esté en nuestra mano para garantizar que las leyes y las políticas públicas aseguren que los derechos de las mujeres no son vulnerados", ha prometido la ministra.
Montero ya defendió a Juana Rivas cuando ingresó en el centró de inserción social el pasado 11 de junio, coincidiendo con la desaparición y asesinato de las niñas de Tenerife. Entonces, la ministra de Igualdad vinculó ambos casos para exigir una "Justicia feminista" y cargar contra la "Justicia patriarcal" que, según dijo, "criminaliza" a las mujeres que tratan de "defender" a sus hijos de la violencia machista.
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