David Martín (Barcelona, 1977) se muestra dicharachero y jovial. Enseguida dice que sí a la propuesta de charlar unos minutos con este diario y transmite convicción en cada una de las respuestas, ya sea hablando de su equipo, de los rivales, de sus aficiones o de su pasado como jugador. Tomó las riendas de la selección española en el 2016 para pilotar una reconstrucción que ha devuelto al conjunto hispano a los lugares de privilegio.
Optimista
“Hemos construido un equipo con mentalidad y ambicioso, podemos ganar a cualquiera”
¿Es el torneo más igualado que recuerda?
Sí, porque en los últimos años Serbia fue siempre la gran favorita, así fue en Río y en Londres. Sin embargo, este año el abanico se ha ampliado a seis o siete equipos.
¿En esta tesitura dónde estará la clave para aspirar al podio?
Evidentemente los cuartos de final nos marcan siempre el camino, puedes hacer una gran primera fase y no pasar de cuartos. Estamos en el grupo de los balcánicos y siempre puede haber cálculos. Croacia, Australia, Serbia, Kazajistán, Montenegro...
El equipo fue subcampeón continental el año pasado y en el 2018 y subcampeón mundial en el 2019. Vienen compitiendo muy bien. ¿Con qué resultado se marcharía satisfecho?
Estaría contento si seguimos siendo competitivos y si jugamos un waterpolo de gran nivel. Luego los pequeños detalles marcan el límite entre la medalla o no.
¿Dónde están los puntos fuertes de España?
Somos un equipo bastante compensado, defendemos muy bien en grupo y tenemos un contraataque fuerte, jugamos un waterpolo muy rápido y eso molesta mucho. Solo Italia juega así.
¿Qué destacaría de Serbia, su primer rival mañana?
Las individualidades. Son jugadores experimentados en partidos importantes y muy compensados. Con ellos estamos librando grandes batallas. El año pasado les ganamos en el Europeo en los penaltis y en 2018 fueron ellos los que nos ganaron en los penaltis.
Durante unos años quizás al waterpolo masculino le pesó la herencia, todos los éxitos de la generación dorada de los Manel Estiarte y compañía. ¿Ahora juegan un poquito más liberados?
Rompimos una barrera mental hace tres años, nos hemos acostumbrado al podio. Aquí hay jugadores que no habían ni nacido cuando triunfaba aquella generación y ya no se piensa en eso.
Desde Londres 2012, España no es sinónimo sólo de élite en el waterpolo masculino, sino también en categoría femenina. ¿Si pudiera quedarse con algún rasgo de las mujeres cuál escogería?
Su competitividad. Es brutal, llevan casi 10 años luchando por cada campeonato, es un grupo que siempre da la cara.
¿Qué le ha dado David Martín a la selección?
Pues yo creo que hemos conseguido construir un equipo, nos costó un poco el primer año, pero en el Europeo de Barcelona del 2018 se produjo un cambio de mentalidad. He contribuido a aportar un estilo diferenciado, con confianza y con mucha ambición. Si jugamos bien tenemos calidad para superar a cualquiera.
Fue un waterpolista de carrera internacional. ¿Se ve reflejado ahora en algún jugador?
Intentaba ser un jugador de equipo y transmito esa solidaridad. Esta era mi idiosincrasia como waterpolista. Hay un poco de mí en cada uno de mis jugadores.
¿De dónde le vino su pasión por el waterpolo?
Es un tema familiar, por mi familia empecé a hacer natación y luego waterpolo. Asistí como espectador a la final de Barcelona’92. Me enganché y el waterpolo se convirtió en mi estilo de vida.
Usted es un gran amante de salir a correr. ¿Está permitido en la villa olímpica o las restricciones lo impiden?
Pues he visto a gente dar paseos pero corriendo no. Hace mucho calor, por lo que si se tercia a ver si puedo salir algún día de madrugada. Ahora ya estamos disfrutando de pleno del espíritu olímpico, con mucho control eso sí, de la villa a la piscina y volver y con pruebas de coronavirus cada día pero es lo que hay.
Nació en Barcelona pero tengo entendido que es madridista. ¿Cómo se lleva eso? ¿Estar en minoría le ha hecho más fuerte?
Soy del Real Madrid porque mi padre nació en Salamanca y se aficionó al Madrid. Lo llevamos muy bien, en la selección hay gente del Barça y del Madrid y hacemos muchas bromas dentro de una sana rivalidad.