El día que Sophia llegó al aeropuerto de Barajas Adolfo Suárez de Madrid (26 de abril) lo hizo metida en dos maletas y una bolsa. Troceada. Es su forma de viajar por el mundo. Con la cabeza en un equipaje, el tronco y los brazos en otro, y las piernas dentro de una bolsa alargada similar a la que usan los fotógrafos para guardar los trípodes.
Hizo los 10.531 kilómetros en la bodega del avión que la traía desde Hong Kong, el hogar-laboratorio donde nació en 2015. Luego, ya recompuesta por los tres
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