Millones de personas, cientos de millones en realidad, una multitud que da vértigo imaginar, una audiencia planetaria ha escuchado a Rossy de Palma decir que ella, por amor, bajó al infierno. Lo dice en el interludio Preso, del disco Malamente de Rosalía, posiblemente el producto cultural español más popular de los últimos tiempos y añade que de aquel viaje subió con dos ángeles. Pues bien, he aquí a los ángeles: Luna y Gabriel, sus hijos.

Un halo de luz rodea sus cabezas, pero no por motivos celestiales, es cosa de la pantalla de Zoom, se ríen cuando escuchan la referencia a la canción, para ser ángeles son gente muy simpática y poco misteriosa.

Luna es torrencial, abierta, luminosa, habla mucho y con seguridad. Gabriel es tímido y carismático. Los dos son muy artistas. Esta es su primera sesión de fotos juntos, la han disfrutado porque se da la feliz coincidencia de que además de hermanos son muy amigos. «Yo soy la colega pesada que se intenta hacer la cool y él es el que es cool sin querer», resume Luna.

En esta familia se cruzan vectores de admiración, casi de fenómeno fan. De Luna hacia Gabriel y vuelta, de ambos en dirección a su madre. «Es una persona con una resiliencia enorme y cada vez que la escucho decir que los momentos difíciles que vivió merecieron la pena por tenernos a Gabriel y a mí me hace quererme más y mejor», dice Luna. «Es fan nuestra por el simple hecho de existir".

gabriel leoni hijo rossy de palma
SANTIAGO BELIZON
Gabriel con traje sastre de chaqueta y pantalón, ambos de lana fría, y camisa de tafetán, todo de DUARTE, botines de piel de GUCCI y reloj Santos con caja de acero de CARTIER.

Cuesta imaginarse a Rossy de Palma como la describen sus hijos: una madre normal, jugando al Cluedo por primera vez durante el confinamiento o alegrándose por sus notas, las actividades corrientes de la mayor representante de lo no normativo cuando en España ni siquiera existía tal cosa.

Gabriel recuerda que en una ocasión en el instituto su profesora de Lengua la puso de ejemplo en una frase. Y es que su madre no es famosa. Su madre, Rossy de Palma, es cultura general.

Talento múltiple

Podríamos decir que Luna estudia un doble grado de Humanidades y Comunicación Digital, y Gabriel, Cine para quitarnos de encima sus respectivos perfiles de manera cerrada y rotunda, muy al estilo del siglo XX, pero sus intereses van mucho más allá y se mueven en varias direcciones a la vez.

Gabriel dibuja desde que tiene uso de razón y ha estudiado animación 2D y 3D, su Instagram descubre a un dibujante de personajes fantásticos esperando una historia que está por narrar. «Dibujar es lo que hago sin parar desde que era pequeño. Me produce mucho bienestar y no lo hago para mostrarlo sino para mí. Estudio Cine porque creo que me ayudará a contar lo que quiero contar, que igual acaba en un cómic. Siento como si en este momento estuviera haciendo una caja de herramientas, cojo un martillo aquí y un destornillador allá, las iré manejando para construir una casa en la que estar a gusto».

luna leoni hija rossy palma
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Luna lleva top asimétrico con volante de tafetán de ENCINAR y mitones de piel con plumas de ISABEL SANCHIS.

También es músico autodidacta, el interés por la música une a los dos hermanos desde niños. «Yo he estudiado piano toda la vida y Gabriel estudiaba violín –cuenta Luna–. A mí me costaba mucho trabajo, mi instrumento es mi voz. Recuerdo que el año que mi hermano dejó el violín empezó piano y en seis meses avanzó solo casi lo mismo que yo en ocho años. Ahora le ha dado por el bajo y también ha aprendido solo. Me da una envidia...».

En este punto Gabriel le hace saber a su hermana que está abierto a colaboraciones artísticas, parece que es un tema que llevan un tiempo arrastrando. «Ya –contesta ella–, si me tengo que poner, tengo que volver al piano, pero ahora estoy absorbida por la universidad». Luna ha tomado la decisión de instalarse en el «modo esponja» en este momento de su vida. «Estoy en una etapa de aprendizaje y me la quiero tomar en serio, quiero formarme y explorar todo lo que pueda. Estoy en el momento de sembrar, ya recogeré los frutos».

gabriel y luna leoni hijos rossy de palma
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Gabriel lleva chaqueta y chaleco a juego, ambos de jacquard con motivo G, camisa de algodón estampado y botines de piel, todo de GUCCI, y pantalón de lana de DUARTE. Luna con camisa dealgodón estampado de HERMÈS, pantalón de mezcla de seda de JANTAMINIAU y anillo Juste Un Clou de oro amarillo y anillo Panthère con piedras preciosas, ambos de CARTIER.

Rumbo al futuro

La Generación Z, la de los nacidos entre la segunda mitad de la década de los 90 y el año 2000, es la primera en la historia de la humanidad de nativos digitales. También son los que empezaron a tomar conciencia del mundo en un contexto posterior a la crisis de 2008, un contexto marcado por las desigualdades y el estado de pánico ante la emergencia climática.

Gabriel define el ambiente general con una metáfora muy certera: «Es como si fuéramos todos conduciendo unos 4x4 y nos nos viéramos los unos a los otros. Hay demasiado egoísmo e hipocresía». Se puede decir que el estado de ánimo de la Generación Z está marcado por el aturdimiento frente a los errores del pasado, pero aun así se empeñan en florecer, en enderezar el curso de los acontecimientos, están más comprometidos socialmente y más informados que sus mayores.

Su atención fragmentada les hace gestionar las opciones de una manera totalmente nueva. Toda la energía que las generaciones anteriores empleábamos en elegir una opción, ellos la dirigen a explorar todas las posibles.

gabriel y luna leoni
SANTIAGO BELIZON
Luna posa con vestido de seda con apliques de tiras de ANA LOCKING y anillo Juste Un Clou de oro amarillo de CARTIER. Su hermano, Gabriel, con camisa con cenefas caladas y pantalón a juego, ambos de lino, de FENDI.

Luna y Gabriel son gente de su tiempo. «Cuanto más crezco, más descubro el valor de no
tener una vocación concreta, sino tener muchos intereses combinados con cierta disciplina para profundizar y no quedarse en la superficie de todo y el fondo de nada. Esto no tiene que ver solo con lo laboral, también es una forma de enfrentarse a la vida», declara Luna.

Ha trabajado en comunicación digital y también ha desfilado, canta y pinta. Su hermano insiste en que muestre su última acuarela, ella se niega, forcejean un poco como hermanos que son y gana Gabriel. Sosteniendo el paisaje marino frente a la cámara insiste: «¡Mira, mira! Está muy bien. Ella maneja los colores de una forma que yo no soy capaz».

Queda claro que son artistas natos, pero ¿acaso era posible hacer unas oposiciones a registradora de la propiedad habiéndose criado con Rossy de Palma y su entorno? Los dos coinciden en que sí, por supuesto que sí, no se han sentido presionados hacia ningún camino en concreto. «Nos hemos criado con artistas alrededor, además de mi madre, que hace películas, escribe, pinta, le das un papel y se le ocurre algo.

Ese ambiente ha servido como una lección constante de que ese camino es posible, expresarte y conectar con los demás». Su madre confirma que siempre ha intentado condicionarlos lo mínimo posible para que se expresen por sí mismos. «Siempre que me han preguntado por mis hijos en entrevistas varias he manifestado que podría, como madre amorosa y orgullosa que soy y estoy, hablar de ellos durante horas non-stop, pero que prefería respetarlos o esperar a que se manifestaran ellos mismos cuando así lo desearan. Y, paradójicamente, ahora que ellos han accedido a hacerlo de motu proprio, simplemente me he quedado sin palabras...».

La actriz no usa el plural masculino para referirse a Gabriel y Luna en su e-mail redactado tras leer las palabras de sus hijos, sino la arroba, ella siempre en el filo de la norma. Está a miles de kilómetros, en Australia, rodando Carmen, la ópera prima del bailarín y coreógrafo Benjamin Millepied en la que versiona el clásico.

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En la imagen, Luna lleva vestido de tafetán con escote palabra de honor y con volante de THE 2ND. SKIN CO. y boa de plumas de TOT-HOM.

«Solo puedo decir que me emociono y me sorprendo cada día más de estos dos maravillosos seres que han venido al mundo a través de mí, de lo que me enseñan cada día y que mi deseo es acompañarlos y no perderme nada de su devenir. La felicidad que me procura su existencia va más allá de definición alguna, así que solo puedo dar y doy las gracias a Luna y a Gabriel por haberme elegido».

Es curioso que Rossy emplee esta palabra, los hijos están unidos a sus madres por la genética, no por la elección, igual que los hermanos entre sí. Los vínculos se pueden dividir en dos grandes grupos: familiares y elegidos. Pero ¿y si no son totalmente excluyentes?, ¿y si la frase de Rossy no ha sido un lapsus? Escuchando hablar a este pequeño y compacto clan de tres cabe pensar que, a veces, la familia real y la elegida coinciden.

Peluquería y maquillaje: Kley Kafe. Producción: Beatriz Vera. Asistente de Fotografía: Dani Gallar. Asistente de estilismo: Claudia Laukamp.

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