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Un agente israelí mata en Teherán al número dos de Al Qaeda

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Un misterioso asesinato en la capital iraní en agosto revela ahora que entre los fallecidos se encontraba el número dos de Al Qaeda, Abu Mohamed Masri

Al Qaeda
Imagen del FBI de Abu Mohamed Masri. FBI

Un misterioso asesinato sacudió la capital iraní el pasado agosto. Según informaron entonces medios iraníes, un hombre y una mujer habían sido tiroteados dentro de un coche por un motorista en el callejó Golestán, en una zona acomodada del noroeste de Teherán llamada Pasdarán. . A las dos víctimas las identificaron como Habib Dawoud, de 58, y su hija Maryam, de 27, el primero vinculado a la organización libanesa pro iraní Hezbolá. El periódico The New York Times asegura ahora, por contra, que los muertos eran de Al Qaeda.

Dawoud era, según el rotativo estadounidense, el nombre en clave que los servicios de seguridad iraníes empleaban para referirse al egipcio Abu Mohamed Masri, lugarteniente de Ayman Zawahiri y favorito para sucederle como líder de Al Qaeda, sobre todo tras el asesinato, el año pasado, del hijo de Osama Bin Laden, Hamza. La mujer asesinada en Teherán era, de hecho,su hija y viuda del vástago. Los asesinos en moto, de acuerdo con el diario, dos agentes israelíes actuando bajo las órdenes de los Estados Unidos.

La forma en que se ejecutó el golpe da a entender que Masri, por cuya cabeza el FBI ofrecía 10 millones de dólares, llevaba tiempo bajo seguimiento. El día elegido para el golpe fue el siete de agosto, fecha de la conmemoración de los atentados contra las embajadas de EEUU en Nairobi y Dar es Salam de 1998, en los que murieron 224 personas y cientos resultaron heridas. Sin embargo, ni EEUU ni Israel ni Irán habían reconocido hasta ahora tamaño final para uno de los terroristas más buscados.

Tampoco están claras las razones por las que el número dos de Al Qaeda residía en Irán, una República Islámica ortodoxa chií que lucha contra este grupo extremista suní en Siria e Irak. Una teoría es que, acogiendo a sus dirigentes, Teherán quisiera evitar ser su objetivo; otra opción es que Irán sencillamente obedeciera el famoso proverbio 'el enemigo de mi enemigo es mi amigo'. La Inteligencia estadounidense consideraba que Masri estaba bajo "custodia" iraní desde 2003, aunque se le permitía llevar vida normal.

El portavoz del ministerio de Exteriores de Irán, Said Khatibzadeh, ha desmentido este sábado "categóricamente" la "reivindicación" del diario norteamericano. "Aconsejamos a los medios estadounidenses no caer en los escenarios hollywoodienses de los funcionarios de EEUU y del régimen sionista. Tales acusaciones se realizan en el contexto de una guerra total económica, de Inteligencia y psicológica contra el pueblo iraní", ha denunciado Khatibzadeh, según el periódico local Hamshari.

La vida de Masri presuntamente se acabó de forma abrupta una calurosa noche de agosto. Él conducía su Renault L90 sedán con su hija de copiloto cuando dos individuos en moto se acercaron al vehículo y, desde la ventanilla del conductor, descerrajaron cuatro tiros sobre ambos con una pistola con silenciador. Fue un modus operandi similar al empleado para asesinar en el pasado a varios científicos nucleares iraníes, en una secuencia de actos atribuidos a agentes israelíes con el objetivo de sabotear el desarrollo atómico de Irán.

El tiroteo de agosto llegó a vincularse, incluso, con una serie de misteriosas explosiones e incendios ocurridos este verano que, según algunos observadores, pudieron estar orquestados para provocar una reacción hostil de Irán, que justificase los intentos de Washington de extender un embargo a la compraventa de armas. Con todo, del supuesto Habib Dawoud, que presuntamente había dado clases de Historia en el Líbano, poco o nada se sabía.

Por contra, un informe clasificado de 2008 del Centro Nacional de Contraterrorismo de los EEUU señalaba a Abu Mohamed Masri como "el planificador operativo más experimentado y capacitado que no está bajo custodia de EEUU o de sus aliados". Era miembro del consejo directivo de Al Qaeda y, junto con otro individuo llamado Saif Adl, y el hijo del fundador Bin Laden, formaba un triunvirato que aspiraba a heredar el control de la red culpable de los atentados del 11S y de los de Madrid de 2004.

Los tres militantes se encuentran entre quienes, debido a la intervención internacional en Afganistán de 2001, huyeron al vecino Irán. Aunque en 2018 Irán admitió que por su porosa frontera habían penetrado miembros de Al Qaeda, sostuvo que habían sido deportados. En cambio, se cree que Teherán arrestó a un número indeterminado de ellos y los puso bajo arresto domiciliario. En 2011, Hamza fue uno de los miembros de la familia Bin Laden que Irán liberó a cambio de un diplomático iraní capturado en Pakistán.

Hamza, tutelado por Abu Mohamed Masri durante su período en Irán, fue abatido el año pasado en una operación estadounidense en la frontera afgano pakistaní, en el preludio del acuerdo de paz firmado el pasado febrero con los talibán. Ahora se confirma la muerte de Masri, cuya historia se asemeja a la de muchos otros piadosos que respondieron a la llamada de la guerra santa en los 80, y se unieron al frente muyahidín que Washington pergeñó para luchar contra el comunismo en Afganistán.

Por aquel entonces Masri era un futbolista cotizado en su Egipto natal. Pero, a su retorno de combatir a los soviéticos que habían invadido suelo afgano en 1979, los egipcios le negaron la entrada. Estancado en Afganistán, acabaría uniéndose al multimillonario saudí Osama Bin Laden, formando el núcleo fundador de Al Qaeda y convirtiéndose, en los 90, en su delegado en África. Sus labores de adiestramiento de milicianos en Sudán y Somalia tendrían un efecto en el famoso derribo del Black Hawk.

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