La llamativa creencia de una comensal de 'First Dates': "Mi religión es el Tinder"

El restaurante de <strong>'First Dates'</strong> también recibe diariamente a comensales con creencias muy llamativas y diferentes. Este es el caso de Esther, una dependienta alicantina de 32 años, que aseguró a su llegada al dating que tiene una devoción muy particular: "Yo no rezo. No hay Dios, no hay Buda, no hay nada porque mi religión es Tinder".

"Yo no rezo, yo abro la aplicación porque me ofrece un mundo muy grande de personas de diferentes culturas, sexualidades… una opción muy bonita y muy variada", aseguró la dependienta en un total que dió a cámara antes de conocer a la persona con la que cenaría.

Durante esa noche, la chica conoció a Carlos, un chapista barcelonés muy abierto de mente con el que charló de numerosos temas de una manera muy distendida: "Soy una persona poliamorosa, llevo cuatro años con mi pareja y he venido al programa a buscar más tipos de relaciones".

Lo cierto es que ella también fue la autora de otro de los momentazos de la cita. En plena recta final, la alicantina sorprendió a Carlos al decidir utilizar su vibrador tras hablar con Jair, un amigo suyo que también estaba en el dating: "Me he puesto a hablar del tema sexo, me he venido arriba, me he excitado, me ha hecho tilín y le he comentado a mi amigo que me lo traiga".

Aprovechando que su cita había ido al baño, Jair se acercó a la mesa en la que estaban para darle al chico el mando de dicho juguete para que se divirtiese juntos. "Así es como me gusta. Estoy sudando muy peligrosamente", aseguró Esther mientras Carlos jugaba con las diferentes intensidades del aparato.

Posteriormente a este momento 'picante', en 'La decisión final', ambos se mostraron muy partidarios de tener una segunda cita con el otro en la decisión final. "Me ha caído muy bien. Me ha gustado mucho su manera de ser y ver las cosas", explicó Carlos.