GASTRONOMÍA
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Pepe Rodríguez Rey: "Les digo a mis hijos que hay que estirar el pan, la pasta, las patatas..."

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Quizá sea el Pepe más querido de España, y es que el mediático Pepe Rodríguez Rey (Illescas, Toledo, 1968) desprende, sin proponérselo, bonhomía y empatía a partes iguales, cualidades que en estos tiempos convulsos se le han acentuando y han dado a su verbo, vivo y ágil, un tono de gravedad. No es para menos, "con lo que está pasando". Sentimientos de incertidumbre, de tristeza y de cierto desamparo se abren paso y se hacen fuertes en una entrevista planteada a priori sobre cómo afrontar culinariamente la cuarentena, que al alma mater de El Bohío (Illescas) y jurado MasterChef -cuya próxima edición RTVE promociona para dentro de muy poco- le "ha pillado" en su casa, en su pueblo natal.

Lo primero, algo que en tiempos de coronavirus parece ya un mantra cuando se inicia la conversación, ¿estáis todos bien?
Sí, ahora, sí. El primer día, cuando cerramos el restaurante, mi mujer y yo nos encontrábamos mal, teníamos fiebre. Nos tomamos las medicinas que nos dijeron y yo, a los tres días, ya estaba bien, pero a ella le duró siete u ocho. Creo que lo hemos pasado, pero como no nos hicieron el test, no podemos saberlo realmente.
¿Cómo afrontas el confinamiento?
Imagino que como todos. Lo estoy viviendo con incertidumbre, cierto desamparo y desesperanza, no veo que podamos salir a corto plazo.
¿Estás, como esos españoles que pueden hacerlo, teletrabajando?
No, no estoy telecocinando, es imposible. Si tienes un restaurante, o estás en él o no estás. Pero eso sí, cocino para mi familia, antes lo hacía sólo por las noches, cuando llegaba de El Bohío; ahora, hago todas las comidas.
Tenemos más tiempo, ¿cómo podemos aprovecharlo gastronómicamente? ¿Qué platos deberíamos cocinar para tener una dieta rica y equilibrada? ¿Cuáles deberíamos desterrar?
Con lo que se está montado, la verdad es que no me veo capaz de dar recetas ni pistas para afrontarlo. Hay muchos influencers que lo están haciendo y cocineros que muestran a la gente sus platos (yo también he subido a las redes sociales alguno que me han pedido desde MasterChef). Eso es bueno y está bien entretener, animar y ayudar de esta manera porque seguro que es necesario, desde dar clases de yoga hasta recomendar libros, pero a mí no me sale.
Ya que podemos salir a comprar productos básicos, ¿cuáles no deberían faltar estas semanas en nuestra despensa/nevera?
Dependerá del bolsillo de cada uno. Si sigues las redes, hay hasta productos gourmet; es maravilloso que uno pueda comerse el mejor jamón de bellota o tomarse ese vinazo que tenía guardado en casa... Yo vivo con la idea de hacer de la necesidad virtud y estoy educando a mis hijos en ello. Les digo que hay que estirar el pan, la pasta, las patatas... Se puede subsistir con productos muy elementales. Yo aún no he salido a comprar porque estamos aprovechando la comida que nos quedaba en el restaurante.
El restaurante El Bohío, en Illescas (Toledo).
El restaurante El Bohío, en Illescas (Toledo).
La cocina de aprovechamiento de nuestras madres y abuelas...
Sí. Que tengo en el congelador un conejo, lo preparo con tallarines, o hago una tortilla de patata, un guiso... La cocina de aprovechamiento siempre ha existido y sus grandes recetas siguen estando vigentes. Es la cocina de toda la vida: las lentejas, el cocido... Por ejemplo, con unos picos de pan he hecho una sopa de ajo que tira pa' atrás. Antes tenía más facilidad para comprar, ahora hay que adaptarse a la coyuntura, a lo que hay. Pues, vamos a limpiar el congelador y, con unas colas de gallo o unos filetes de pollo, hago un salteado de pasta y así salgo del paso. Tengo tres hijos a los que darles de comer todos los días, como la gran mayoría de la gente que está confinada en sus casas. A veces, también hacemos unos sándwiches, cojo unas latas de sardinas o de calamares y apaño una cena...
Ya que tenemos tiempo, ¿es una opción cocinar para toda la semana?
Yo adelanto algunas cosas para un día o dos pero, como tengo todo el tiempo del mundo para disfrutar cocinado, me he reencontrado con el placer de hacerlo sin prisas, da igual comer a las 2 o las 3. Es cocinar de verdad.
Un plato para celebrar en casa el final de esto...
No se me ocurre ninguno. Ahora mismo lo veo desde la tristeza y no creo que con la que se nos viene encima, no sólo en el sector de la hostelería, tengamos algo qué festejar. No sabemos cómo será el día después. Todo está negro... Bueno, no me saldría utilizar, por ejemplo, una gamba roja, no porque no pueda, sino por respeto a toda esa gente que no puede y, eso también es una manera de ser solidario. Creo que cada uno debería hacer el plato que le salga... Me estás dando una idea y lo mismo me frío un par de huevos que hace mucho que no los como, coño.

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